17- Foto de 3

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Tony y Steve estaban tan sumergidos en su conversación que no se percataron de que Peter y Nat los estaban buscando hasta que el pequeño se arrojó a los brazos de Steve y los unió a los 3 en un abrazó que quedaría inmortalizado en una foto, pues su amiga Natasha no perdería la oportunidad de regalarle ese recuerdo a su mejor amigo.

-Steve, debemos irnos, tengo que vender muchos pañuelos si quiero abrir mi propia empresa –el niño se movía inquieto en los brazos de Steve sacándoles sonrisas a ambos hombres-

-Muy bien jovencito, entonces despídase de Tony que nos vamos. Yo también debería volver a la empresa –Steve se dirigió solo a Tony esta vez-

-Muchas gracias por venir, y ¿Pet? –el mencionado detuvo su andar- Mañana te llevo yo a comer

-Hasta mañana Tony –y fue lo último que dijo Steve para salir con Peter en brazos de allí, Tony los veía alejarse con ojos soñadores-

Su amiga Natasha que había estado viendo todo en la distancia se acercó a su oído y le susurró

-Alguien está enamorado –con una sonrisa ladina observaba el rostro pálido de su amigo-

-¿QUÉ? ¡Claro que no!

-Tony, no te esfuerces en engañarme o te recuerdo aquella vez que…

-Vale, vale, vale…tú ganas

-Lo sabía

-Me enamoré de mi jefe, menudo cliché, feo secretario se enamora de su guapísimo y heterosexual jefe comprometido

-¿Está comprometido?

-Así es –una lágrima traicionera salió de los ojos de Tony-

-Lo siento mucho Tony –Natasha recordó la foto de hace un momento y se la mostró a Tony- Almenos te quedará este bonito recuerdo

Tony sonrió idiotizado por la foto de ellos 2 junto a Peter, parecían una familia, deseó con todas sus fuerzas que así fuese, pero…bien sabía que eso no sucedería, porque, aunque adoraba las historias de amor estaba convencido de que nunca viviría una, porque en la vida real los feos empollones no se quedan con el galán ni encuentran el amor, si tienen suerte pueden trabajar en algún lugar muy por debajo de sus capacidades, y eso ya Tony lo tenía, esa, era toda la suerte a la que podía aspirar.

Nat se fue dejando a Tony en el hospital, al llegar a casa desempacó sus cosas y abrió su Instagram con la intención de encontrar a cierto castaño que hace unos días le había robado el aliento. Como se esperaba, en las redes sociales se veía igual de inalcanzable que en la vida real, con un suspiro de resignación se dedicó a admirarlo, a amarlo en la distancia, porque al igual que su amigo ella se creía indigna del amor.

Los feos no ligamos con guapos STONY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora