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Sus labios se movían de manera lenta saboreando así el sabor que poseían los labios del contrario, sus aromas fueron saliendo poco a poco hasta inundar la habitación, el sonido de las olas golpeando la arena más el atardecer que se asomaba volvía más romántico ese momento. Dos almas destinadas estaban a punto de unirse por amor, un acto tan íntimo que no solo era para satisfacer sus necesidades carnales, era más que eso, era la unión de dos almas que fueron unidas por la misma diosa Luna, la cual se encargó que ambos corazones latan el uno por el otro.

Yoongi acariciaba las piernas del omega mientras dejaba algunos besos en el vientre, el sonrojo del omega daba a entender que estaba avergonzado de estar de esa manera con el alfa y no cualquier alfa, su alfa, su otra mitad. Yoongi abrió con sumo cuidado las piernas de su omega y las besó con delicadeza, ambos estaban nerviosos por lo que iban a hacer, el alfa suspiro y llevando dos de sus dedos a su boca para poder lubricarlos bien y poder preparar a su omega sin lastimarlo.

—Si te duele me dices. —hablo Yoongi. —lo menos que quiero es lastimarte.

—Confió en usted alfa. —sonrió Jimin. —estaré bien.

—Te amo mi lindo pollito de color. —hablo Yoongi.

—Yo también lo amo mi enorme serpiente. —sonrió Jimin.

La serpiente río y llevó sus dedos a esa zona la cual la acarició un momento y luego con mucho cuidado fue introduciendo su dedo de la manera más lenta posible para no incomodar a su omega, Jimin se quejó un poco ante esa rara sensación en su interior. Cuando el alfa tuvo su dedo dentro del omega espero un momento y luego lo comenzó a mover de manera lenta para acostumbrar a su omega, luego de unos minutos introdujo de igual manera el otro dedo para preparar a su omega, ambos se besaban de manera lenta mientras sus calores se unían.

—Creo que ya estás listo. —susurro Yoongi.

—Tengo miedo. —murmuró Jimin.

—No lo tengas y solo confía en mí. —le acarició la cintura. —eres mi omega Jimin y te amaré siempre.

Jimin se acomodó mejor en la cama y se sonrojó aún más al ver a su alfa completamente desnudo, su piel pálida hacía contraste con la puesta de sol que entraba por la enorme ventana. El alfa se masturbó un poco y sacó de una gaveta un condón, ambos eran jóvenes y tenían mucho por hacer siendo pareja y aunque deseaba un bebé con el hermoso pollito aún no era el momento adecuado.

Un pollito llamado Park Jimin [Y.M] [#1] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora