Mordida Equivocada | 2MIN

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Minho por fin había ido a inscribirse a la universidad y ahora ninguno pasaba mucho tiempo en la casa, por lo que Junho, al saberlo, recomendó que debían contratar un ama de Llaves. Minho no tuvo problema en aceptarlo, y a pesar de que en un principio Seungmin se sintió animado por tal idea, luego le generó un poco de miedo, al saber que tendría a una completa desconocida en su casa. Sin embargo, Minho lo convenció. Y para la suerte de ambos, el castaño convenció a su padre para contratar también a una mujer que hiciera la comida. Así que cuando ambos llegaban cansados de estudiar, solo tenían la obligación de descansar sin ningún problema.

Ninguno habló nuevamente acerca del último beso que se dieron, tampoco de Juyeon y mucho menos del celo de Seungmin, el cual se acercaba cada vez más rápido. Luego de lo del beso, Seungmin había estado enojado con Minho durante varios días, pero este no trató de disculparse. Sin embargo, Minho seguía hablándole a Seungmin como si nada hubiese pasado, recibiendo únicamente respuestas cortantes de su amigo. Y eso le daba gracia porque Seungmin se enojaba aún más, y Seungmin enojado era algo demasiado adorable. De todas formas, sólo bastó una semana para que Seungmin volviese a hablar de buena manera, por lo que ahora estaban bien.

Le preocupaba lo del celo de Seungmin porque sabía que estaba cerca, ya que el aroma del Omega cada día se hacía más y más dulce y atrayente, lo cual era una buena y una mala señal.

Le daba bastante miedo, no por lo que él podía llegar a hacer, más bien por lo que otros Alfas quisieran hacerle al olerlo. Estaba marcado, sí, pero a más de un Alfa se le nublaba la mente al sentir el aroma de un Omega en celo. Así que procuraba que Seungmin siempre usara alguna prenda suya para que tuviera su aroma, además de que lo iba a buscar cuando salía de la universidad.

Tal y como ese día había hecho.

- ¿Alguien te molestó? -Le preguntó como siempre en esos últimos días mientras manejaba.

Seungmin se encogió de hombros. -En realidad no. Me miran, pero nadie se acercó.

Minho quiso soltar un agresivo «Más les vale», pero se limitó a asentir y continuar manejando para tratar aliviar el sentimiento de posesividad que le causaba Seungmin. No entendía, nunca había pasado incluso antes de que sucediera lo de la mordida, y cabía la posibilidad que la mordida sea la razón por la cual se sentía tal manera, pero algo le dice que no es así. Algo le decía que era otra cosa, y puede que se tratara del sentimiento de querer proteger a Seungmin. Pero luego llegaban los recuerdos del pasado, antes de que lo de la mordida sucediera. Cuando Seungmin tenía algún celo, él siempre lo sabía y muchas veces incluso hasta sintió el aroma que indicaba que el celo estaba cerca, pero nunca se sintió de la manera en la que ahora se sentía.

Y lo volvía un poco loco porque, además de querer protegerlo, deseaba abrazarlo y besarlo, pero no podía porque Seungmin no quería. Seungmin quería que la amistad que tenían, o lo que quedó de ella, siguiera en pie. Lo entendía perfectamente pero no estaba seguro de si podría ser posible porque claramente Seungmin también quería besarlo aunque se negara. Y muy seguro estaba que en algún momento hasta Seungmin no podría luchar contra los deseos que ambos sentían.

Lo notaba; lo notó luego de cada beso. La mirada que Seungmin le daba, entre confundida y a la vez ambiciosa. Sin embargo, Minho no sabía si era lo que Seungmin quería o lo que reflejaban sus propios ojos.

Cuando llegaron a la casa, Seungmin enseguida se adentró, mientras que Minho se dirigió a la persona que se encontraba fuera de la casa junto a la suya. Bangchan, al notar su presencia acercándose, le sonrió de manera radiante.

-Minho, hermano, tanto tiempo -dijo cuando ya estuvo cerca. Se dieron un breve abrazo y Minho mentalmente se dijo que Chan había cambiado bastante físicamente. Siempre se notó demasiado bien que era un Alfa, pero cuando estaban en la universidad Bangchan era mucho más bajito y menudo, sin embargo ahora era todo diferente. Tenía más músculos y su espalda se había ampliado, y hasta incluso el peinado que tenía lo hacía lucir más imponente.