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—Paren con todo eso, idiotas. Asustarán al niño.

La voz del Alfa Lee Minho se hizo oír entre las seis personas que había en aquel cuarto, logrando que todos soltaran carcajadas y que Kim Seungmin, mejor amigo de Minho y nombrando anteriormente como "niño", lo mirase mal.

Los viernes siempre tenían una especie de ritual en aquel grupo de seis personas: juntarse en la casa de alguno para jugar cartas, o algún entretenido juego. Pero aquello había comenzado a verse interrumpido gracias a la ausencia de una de las personas con la cual se relacionaban.

A Minho le gustaba bromear diciendo que el Alfa que estaba cortejando a Seungmin había comenzado a "dominarlo", pero bien sabía que no era así. Solo lo decía porque le gustaba fastidiar a su amigo. En realidad, conocía al Alfa que cortejaba a su amigo Omega, incluso hasta se habían conocido gracias a él, y la verdad sabía que no podría haber conseguido una mejor persona.

Al principio, Seungmin se había sentido un poco reacio a querer salir con Juyeon, pero luego de un tiempo se fueron conociendo y cada vez que podía, Seungmin le agradecía a Minho por haber conseguido a alguien tan... especial. Juyeon era muy respetuoso y caballeroso, y eso a Seungmin le encantaba. Cada vez que se lo decía a Minho, este sólo le daba una fingida mirada prepotente, logrando que Seungmin le dijera algunas palabras insultantes. Pero, según Seungmin, siempre con mucho cariño.

Sin embargo, en aquel último año, muy pocas veces Seungmin había estado en las reuniones que hacían junto a sus amigos. De tal manera, y aunque entendían la nueva etapa que Seungmin estaba viviendo, todos se sintieron algo abandonados. Así que luego de mucha persuasión, Minho convenció a su mejor amigo para que se uniera a ellos, alegando que se notaba lo mucho que Juyeon lo estaba dominando.

Y si había algo que Seungmin odiaba, era que dijeran que algún Alfa tenía el poder sobre él, o bueno, más del que se suponía. Y más ahora que había uno cortejándolo.

Así que ahí se encontraba, nuevamente junto a sus amigos en una noche más de las tantas que probablemente se avecinaban.

—Oh, vamos — Jeongin, uno de los Betas del grupo, habló con una sonrisa—. Si tiene miedo, luego podemos llamar a Juyeon y que lo proteja.

—No me molestes —ordenó Seungmin con seriedad, dirigiéndose sólo a Jeongin. Minho no pudo evitar soltar una risa, mirando el juego de cartas que le habían repartido y sintió un pequeño golpe en el brazo.

Si el golpe hubiera sido de cualquier otro Omega, tal vez ya no estaría en aquella habitación. Pero era Seungmin. Su mejor amigo Seungmin. A quien conocía desde que ambos eran un par de niños y no sabían para qué servía lo que tenían entre las piernas. Jamás podría hacerle daño. Algo, un instinto de —no sabía qué— no se lo permitía.

Podía enojarse muchas veces con Seungmin, al igual que Seungmin podía enojarse muchas veces con él y llenarlo de insultos, pero jamás usó su voz Alfa en él para que se calmara o no le gritara como lo había hecho con otras u otros Omegas en el momento que se atrevían a siquiera alzarle la voz.

Su mundo era sólo el de tener poder de muchas cosas y... no poder utilizar su voz Alfa con Seungmin. Su jodido mejor amigo.

— ¿Quieres que te cuente otra historia, Seungmin? —preguntó Hyunjin con una sonrisa jocosa.

—Basta, chicos —dijo Minho en tono cansado—. Ustedes no lo saben, pero Seungmin luego tiene miedo en serio y me llama a la madrugada, diciendo que hay ruidos fuera de su habitación.

— ¡Fue una sola vez y era verdad!

—Era solo el gato de la vecina que se había metido a tu departamento porque no cerraste la ventana —gruño Minho al recordar aquella vez.

Mordida Equivocada | 2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora