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El ruido del motor del auto era lo único que se oía como claro recordatorio de que ninguno decía nada y ninguno tenía idea del por qué. Bueno, Seungmin sospechaba el por qué, pero no quería decir nada, ya que se encontraba bastante aturdido por la noche que había pasado. Desde que supo que debía ir a aquel evento esperó que sólo fuese la peor noche de su vida porque tenía que fingir algo que no era, pero terminó siendo una mala noche por otras distintas razones.

No sabía si Minho estaba enterado del beso que se dio con Juyeon, y de alguna manera se arrepentía de ello, pero más que nada lo estaba dominando el miedo de que Junho se lo haya contado. Sí, en algún momento se lo habría dicho, pero no ya. No se sentía seguro de la manera en la que Minho reaccionaría; después de todo era su Alfa y el instinto lo obligaría a sentirse posesivo hacia él.

—En cualquier momento me llegará el celo —mencionó en voz baja.

No supo por qué fue que dijo eso, pero quería romper el silencio que había entre ellos de alguna manera, además de que ese tema en especial también lo tenía bastante consternado porque no sabía qué es lo que haría.

Minho no dijo nada en un par de minutos y no lo miró porque podía sentir sus mejillas rojas. Muchas veces habló sobre los celos con Minho, pero no como esa vez en especial porque era diferente y la razón era más que obvia. Ellos vivían juntos, y cuando a Seungmin le llegara su celo, Minho tendría que luchar por responderle cuándo comenzará a volverse loco. Y de igual forma sucedería en el momento que a Minho le llegara el suyo.

— ¿Y qué quieres que hagamos? —preguntó Minho con la voz neutra, dándole una rápida mirada para luego volverla al frente. Su voz no había sonado enojada, pero algo en su mente le molestaba, Seungmin pudo percatarse perfectamente de ello.

Se encogió de hombros a pesar de que probablemente no lo vería. Ciertamente, ni él mismo sabía qué es lo podría hacer. En su adolescencia normalmente se quedaba encerrado en su habitación mientras sufría, a pesar de que le gustaría tener un Alfa para que lo satisficiera, pero era una época en la cual sus padres (principalmente su madre) le decían que aún era muy joven como para dejar que un Alfa se hiciera cargo de él en un celo. Luego, cuando ya era mayor de edad y vivía solo, era él quién tenía miedo de buscar a algún Alfa. A muchos no conocía, y Changbin y Minho no eran opción. Así que le quedaba el buscar a algún desconocido, y bastante miedo le daba eso porque nunca estaba en sus cinco sentidos cuando se trataba de un celo, por lo que no sabía qué pasaría, además de que los Alfas también se volvían incontrolables con el aroma de un Omega en celo, y el miedo a salir lastimado no faltaba nunca. Y bueno, terminaba siendo otra de las ocasiones en las cuales terminaba sufriendo solo.

Pero ahora sería distinto. Ahora estaba marcado y su Omega llamaría a su Alfa a pesar de que Seungmin no quisiera porque era algo instintivo. Mientras que el Alfa de Minho sabría de eso y también querría estar junto a su Omega.

Era todo muy complicado, y tenía miedo. Mucho miedo. Era incómodo, además de todo.

No quería tener sexo con Minho, no porque no lo deseara y ese tipo de cosas, más bien porque ellos eran amigos y sería extraño que tuviesen sexo, de la misma forma que había sido raras las veces en las que se besaron. Y sí, puede que le haya gustado y lo haya sentido más banal de lo que se suponía que debía sentirlo, pero seguía viéndolo como algo extraño e incluso algo prohibido porque eran amigos, y los amigos no se besan.

—Siempre puedes pedirle ayuda a Juyeon, no habría problema.

Seungmin soltó un bufido y se cruzó de brazos mirando hacia la ventana. Odiaba cuando Minho se comportaba tan infantil en momentos que hablaban de cosas serias. Le hubiera gustado una respuesta más directa en vez de eso que lograba ponerlo más de un humor cambiante que no podía controlar.

Mordida Equivocada | 2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora