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Seungmin miró de mala manera a Minho, de alguna forma tratando de intimidarlo, pero el Alfa se limitaba a alzar las cejas graciosamente. Entonces, cansado, Seungmin soltó un bufido y se dio vuelta en la cama dándole la espalda.

—Bien. Vete con el idiota ese y déjame solo.

No recibió respuesta de Minho y, por un instante, pensó que se había ido. Sin embargo, al escuchar su risa, sintió un parcial alivio. Luego sintió a Minho inclinarse sobre él, llenando su mejilla de suaves besos.

— ¿Por qué te cae tan mal Jisung? Es un buen chico.

—Si te vas a quedar para hablar bien de él, entonces vete. Pero vete bien a la mierda.

Escuchó otra risa de Minho y no pudo evitar sonreír. Al Alfa le gustaba que lo celara, y le gustaría sólo hacerlo para encantar a Minho, pero no era de tal forma. En serio se sentía inseguro cada vez que Minho se acercaba a algún Omega porque ellos comenzaron una relación de manera obligada (por lo menos antes de que se pusieran de acuerdo). Así que no sería extraño si comenzaba a gustarle otra persona. Le dolería, pero también lo entendería.

—Quiero que tengas muy en claro que Jisung no podría gustarme.

— ¿Por qué? Es bonito, y según lo que has dicho, te agrada mucho.

—Sí, pero Jisung no hace mi vida divertida como la haces tú. Simplemente, él no es tú y ya, así que no tengas miedo de nada.

Seungmin se puso boca arriba y miró a Minho por unos segundos en silencio. A veces, a su parecer, la palabra "enamorarse" también significaba "debilidad". Sabía lo tan débil que hacía sentir a las personas, sabía la tanta inseguridad que provocaba, y esa era una de las razones por las cuales no le gustaba enamorarse. Pero también sabía que era algo imposible de evitar. Así que sonrió y rodeó el rostro de Minho con ambas manos para acercarlo y besarlo con lentitud.

Le encantaba.

—No me hagas necesitarte tanto —pidió en un susurro al separarse. Minho sonrió sin decir una palabra, se limitó a acercarse y besarlo profundamente de nuevo.

El pensamiento de que era imposible no ser dependiente de Minho llegó a la mente de Seungmin Se dio cuenta de que hace mucho perdió la oportunidad de no serlo: cada vez que volvía al pasado, estaba Minho cuidándolo, Minho haciéndolo reír. Minho, Minho, Minho. Sólo ahora se daba cuenta lo tan necesario que fue en toda su vida, lo tan presente que siempre estuvo.

Minho lo había vuelto dependiente desde hace mucho tiempo y ni siquiera se dio cuenta. Sólo quería reír y sonreír por ese hecho. Minho nunca se fue de su lado, y ahora no tendría por qué dudar de si lo haría o no.

—Nunca te irás —adivinó. Minho aún sonreía mirándolo a los ojos—. Nunca te has ido y nunca lo harás, ¿verdad?

Minho negó con la cabeza.

—Te equivocas. Sí me he ido una vez, pero me arrepiento mucho de ello. En parte fue bueno porque me di cuenta de que nos necesitamos más de lo que podemos admitir, pero no lo volveré a hacer.

—Más te vale. Porque de otra forma... te cortaré la polla.

—Que agresivo — Minho rió un poco para luego dejar un casto beso sus labios—. Me parece extraño que aún no ha aparecido mi celo, ¿sabes?

—Suele venir en momentos inesperados, y más cuando se trata de un Alfa —opinó Seungmin pensativo, según lo que sabía gracias a las "clases" que su madre le daba cuando era un niño. Luego se encogió de hombros—. La verdad es que no es importante cuándo llegue. Sabes que estaré aquí contigo.

Mordida Equivocada | 2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora