Mordida Equivocada | 2MIN

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Minho miró con el ceño fruncido a Jisung. A veces no entendía por qué se ponía muy a la defensiva, y a pesar de ser Omega, a veces despreciaba a estos como si no fuese uno. Más cuando se trataba de decir algo en contra de Seungmin. Gracias a lo oído, ahora se daba cuenta de por qué Seungmin decía que probablemente Jisung lo odiaba, pero no comprendía cómo fue que el castaño se dio cuenta ya que hace mucho no tenía diálogo con Jisung.

—No le veo lo malo —dijo con una mirada irritada, llevándose a la boca el café que se había pedido—. Seungmin aceptó, y es lo que importa. No entiendo por qué es una idea que no te agrade. Creo que es lo mejor que he hecho.

—No. Lo mejor que habías hecho fue alejarte de Seungmin. Entiende que él no se va a enamorar de ti, Minho. Seungmin quiere a Juyeon, imaginó su vida con Juyeon, no contigo. Tú le has sacado todo eso, y probablemente te tenga rencor —argumentó Jisung con semblante serio, aunque sin mirarlo.

Minho lo observó en silencio. No se había creído ni una de las palabras que Jisung le dijo. Y sí, puede que no sea fácil que Seungmin se enamore de él, pero haría el intento, haría hasta lo que no estuviese a su alcance con tal de lograr que Seungmin se enamore, tanto como él se estaba enamorando de Seungmin. Y era correcto: lo veía correcto porque de otra forma, el miedo nunca habría llegado a su mente.

Siempre escuchó que las personas se privaban de miles de cosas buenas por el miedo, y no sabía qué saldría de esta relación con Seungmin porque podría ser tanto buena como mala, pero trataría de que fuese buena por ambos. No dejaría que el miedo nublara su mente nuevamente, de otra manera cometería los mismos errores como el que ya cometió al dejar de hablarle a Seungmin. Porque lo quería y lo necesitaba, necesitaba hacerle feliz de la manera en la que se merecía. 

Y la verdad es que le importaba muy poco la opinión de Jisung, era la única persona a la cual le contó acerca de la relación que comenzaría a tener con Seungmin, y sólo recibió negativas, pero no le importaba porque ya estaba más que decidido. Seungmin aceptó y era lo único relevante para él. Lo único que lo hacía sonreír de la nada.

—Primero que todo —comenzó, dispuesto a defenderse de cada una de las palabras equivocadas de Jisung—, yo no le saque a Seungmin una mierda. El error lo cometimos ambos, y él lo tiene muy en claro. Y si Seungmin se enamora o no de mí, está en él, y también en mí. En el esfuerzo que los dos pongamos para que esto avance.

Jisung se quedó un par de minutos en silencio mirándolo sin expresión. Minho de igual manera lo hizo, dándose cuenta de que de alguna manera el Omega frente a él buscaba intimidarlo, o algo por estilo, y por supuesto que no se dejaría intimidar por nadie. Y no era que el menospreciara a los Omegas, pero tampoco iba a dejar que lo tratara de manera imponente. El orgullo de su Alfa era más fuerte que la amistad que tenía con Jisung. No sabía si era algo bueno o malo, pero la verdad le daba lo mismo.

Para su suerte Jisung sonrió luego de unos minutos, disipando la tensión que se había creado entre ellos. Sin embargo, él no pudo hacerlo: de alguna manera también le molestó que haya dicho esas cosas de la relación que tendría con Seungmin. Pues, sólo se lo contó porque son amigos, y los amigos se cuentan ese tipo de cosas, pero no quería su opinión. De todas formas, no tuvo el valor de echárselo en cara, tampoco quería ser tan duro.

—Lo siento, tal vez sólo exagero —Se disculpó, aun sonriendo, pero Minho seguía sin hacerlo—. Pero es que no quiero que al final le des igual a Seungmin y termines lastimado.

Jisung se encogió de hombros y Minho suspiró. Tal vez, podría ser que él tuviese el mismo miedo, pero trataría de eliminarlo con el pasar del tiempo, además de que no quería darle mucha importancia porque sería peor. Estaría echándole leña al fuego, y tal vez se terminaría acobardando.