Toman

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De un día para otro el tema de conversación giró en torno a una sola cosa en especial.

O mejor dicho, a una sola persona en específico.

La mejor amiga de Peyan.

El chico de mirada intimidante no desaprovechaba la oportunidad de presumir a la chica en todo momento, más ahora que la pandilla hablaba sobre ella.

Pronto se dió cuenta que en realidad se burlaban de él por la relación que tenía con aquella chica.

Media más o menos 1'65cm de altura, el cabello lo prefería llevar muy corto y totalmente despeinado, cómo cuando despiertas en la mañana y tomar el cepillo te da tanta flojera que prefieres salir así, pero sabía lucir sus mechones rebeldes, eso sí.

Vestía casi siempre de negro, con botas toscas y chaquetas de cuero, cadenas en su cuello y no podía faltar una paleta de color rojo en su boca todo el tiempo.

Intimidante por si sola, pero esos ojos con delineados puntiagudos sin duda te hacían tragar dos veces la saliva en tu boca.

¿Pero por qué las burlas de sus amigos?.

Fácil, porque él parecía ser la chica de la relación.

Lo traía en moto a todas las reuniones de la pandilla, aunque él tuviera una propia, y al momento de despedirse siempre dejaba un beso en el dorso de su mano. Eso a él no le disgustaba en lo absoluto, pero a sus amigos les parecía divertido tomarlo a manera de burla.

— ¿Otra vez te trajo tu chico, Peyan? — preguntó Smiley en tono burlón.

— No lo molestes Smiley, a él le gusta ser tratado como princeso — llegó a Baji a "defender".

— Al menos él tiene más oportunidad de conseguir novia — agregó Angry, logrando que los otros dos gruñeran en respuesta.

— Les apuesto todo lo que quieran a que ustedes desean tener una novia así — se cruzó de brazos y los miró con seguridad.

— Ja! En tus sueños... Yo no quiero que ninguna mujer me este tratando cómo su princeso... Vete a la mierda — respondió Baji de inmediato.

— Puedo probarlo —.

— ¿Cómo? — preguntaron todos al unísono.

Él sin dar respuesta sacó su celular, marcó al número de su amiga y lo colocó en altavoz.

— ¡Oh! Ryohei ¿Ocurre algo, lindo? — se escuchó su voz seguido del motor de la moto siendo callado.

Incluso frenó para que él la escuchará con claridad... Nadie se había preocupado tanto por él.

— Ah- si... Lo que pasa es que quiero hacer una apuesta con mis amigos y estás involucrada — se sinceró.

Por un momento pensaron que ella se molestaría con él y lo regañaría por meterla en apuesta absurdas. Grande fue su sorpresa cuando eso no pasó.

— ¿De qué trata la apuesta? Si me involucra, yo ayudo — respondió, y pudieron jurar que estaba sonriendo.

— Bueno... Yo les dije a ellos que aunque no lo admitan, en realidad quieren una novia como tú... Les aposté lo que quisieran a que demostraba que eso era cierto —.

— Oh~ ¿Me tienes en altavoz? — el asintió con un corto tarareo — bien, todos ustedes, uno por uno, tendrán una cita conmigo que durará lo necesario... Si se aburren, irritan, molestan, etcétera, etcétera; o logran que yo abandoné la cita, entonces yo misma les voy a dar 50.500 yenes... Pero si pierden y la cita les resulta divertida o agradable, le tendrán que dar esa cantidad de dinero a Ryohei — al no oír respuesta de los chicos decidió recurrir a la vieja confiable — ¿O son cobardes? —.

ONE SHOTS • Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora