Sano Emma

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— ¿Me veo bien? — preguntó el de la trenza, acomodando su traje con la ayuda de la rubia.

— Increíble... Pero ¿No pudiste peinarte de otra manera?, Siempre llevas esa trenza — preguntó a modo de regañó, el contrario soltó una pequeña risa.

— A ella le gusta así ¿Por qué lo cambiaría? — sonrió un poco, terminando de acomodar su corbata.

— Draken, te toca salir — avisó Yuzuha desde la puerta — (N) está por aparecer — y sin más salió, dando órdenes a todo aquel que no estuviera siguiendo lo acordado.

— Whoa~ que nervios — murmuró, secando cómo podía el sudor de sus manos — la idea de que diga que no me está carcomiendo la cabeza desde hace días —.

— Jajaja~ creo que es muy tarde para decir que no — le comentó yendo a su lado, dándole palmaditas de ánimo.

— Bien... Deséame suerte — le dejó un pequeño beso en la frente y se fue aún murmurando, demostrando lo nervioso que se sentía por primera vez en mucho tiempo.

Asqueroso.

Única palabra con la que podía describir su estado de ánimo en esos momentos.

Quería llorar.

Tirarse al suelo y hacer un berrinche como una niña pequeña.

Nunca se le hubiera pasado por la mente que una simple reunión entre amigos hace unos cuantos años atrás, la llevaría hasta esta situación.

(N), una chica que conoció en los primero años de preparatoria por estar en su mismo salón. No hablaba con nadie y siempre parecía estar molesta, luego descubrió que así era su cara y en realidad era bastante amable.

Se encariñó tanto con su nueva amiga que decidió presentarla ante las de más chichas. Siendo Hinata, Yuzuha, Senju y Akane, la última mencionada era como la mamá del grupo.

La confianza fue creciendo de a poco, pronto conoció a sus tres hermanos, teniendo una bonita amistad con Izana. Por un momento pensó que sería bueno idea intentar unirlos como algo más que simples amigos, claro que se le vio imposible puesto que esos dos no se veían como amigos, sino más bien como hermanos.

El tiempo transcurrió, la curiosidad por parte de la pandilla acerca de la nueva chica que andaba con Emma para arriba y para abajo se hizo más grande con el pasar de los días.

— Haremos una fiesta por el cumpleaños de Baji ¿Querrás venir, (N)? — preguntó Mikey. La chica asintió con la cabeza.

Y así comenzó todo.

Más que fiesta, fue una reunión relativamente tranquila. No asistieron demasiadas personas, y el alcohol estuvo ausente porque la mayoría aún eran menores de edad.

— Quiero que lo conozcas — decía con entusiasmo, tirando del brazo de la chica para que la siguiera.

— Emma... Emma, espera... Mi condición física es una mierda, no me hagas correr así — se sujetó el pecho, jadeando como si hubiese corrido una maratón de kilómetros, cuando sólo tuvo que trotar de un extremos de la sala hasta llegar a la cocina.

— Que exagerada jaja~ — rió divertida, recibiendo un codazo en un costado a manera de reproche — ¡Oh! Ahí está... ¡Ken-chan! — lo llamó.

El chico de gran altura con el tatuaje en la cabeza se acercó de inmediato, siendo seguido por Mikey y Mitsuya.

— Ella es (N)... (N), él es Ken — presentó en una sonrisa.

— Un gusto, Emma habla mucho d- ¡Auch! — se quejó al sentir un pellizco en el muslo que la hizo dar un ligero brinquito, para luego reírse un poco — tenía muchas ganas de conocerlos a todos ustedes, mi nombre es (A) (N) — decidió presentarse con su nombre completo, extendiendo la mano cortésmente.

ONE SHOTS • Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora