Starlight • Eric García

Capítulo 6.

Desde que decidí trasladarme a Manchester las decisiones egoístas empezaron a brillar por su ausencia. Hasta que me lesioné y decidí tomar otra gran acción egoísta. La siguiente, la decisión egoísta es no ir hoy a la cena del equipo de Jack.

El teléfono lleva apagado desde ayer por la noche, cuando volví a casa con el maquillaje corrido y el pelo atado en una coleta mal hecha. No toqué a Jack anoche por mucho que él parecía interesado en acabar en la cama, como siempre.

Aloia aún no ha vuelto, posiblemente esté en el bar arreglando alguna cosa con los empleados que nos sustituyen estas navidades. Por lo general, hacia esta época del año tenemos el suficiente dinero en caja para poder permitirnos que dos personas tomen el bar por nosotras.

Enciendo la televisión y entro en alguna de las aplicaciones de streaming, ni siquiera me esmero demasiado en buscar, porque sé lo que quiero ver.

Las imágenes de alguna ciudad americana de noche aparecen en pantalla, miro hacia los ventanales escuchando la canción de fondo. Está lloviendo.

Tiro de la manta hacia arriba y me cubro, recuesto mi cabeza en el apoyabrazos del sofá y presto atención a la película.

—Damas y caballeros... ¡Christopher Wild! — sonrío mientras los fotogramas siguen.

Starstruck era mi película favorita de pequeña y, desde que estoy lejos de casa, me la veo una vez al mes como mínimo. Jack nunca ha accedido a verla, ni en los peores momentos durante la recuperación.

— Que no... — escucho la voz de mi amiga y su posterior carcajada—. Que va, debe... — asomo la cabeza por encima del respaldo, Aloia frunce el ceño y se queda con el teléfono en la mano—. Ainhoa — murmura, deja las llaves en un cuenco y mira hacia el teléfono—. Tengo que dejarte... — me mira fijamente, sonríe— Sí... — dice sin dejar de mirarme—. Que si, venga, hasta luego — cuelga y se cruza de brazos—. ¿No deberías estar en una cena? — me encojo de hombros.

— Y mi novio ayer debería haber hecho algo de pareja normal, así que no, no debería estar en ningún sitio que no fuera aquí viendo Starstruck.

— ¿Nunca te cansas de esa película? — me dice, mientras se apoya en el respaldo del sofá, niego.

— Es el enemies to lovers del enemies to lovers, es decir — me encojo de hombros mirándola agachada, desabrochándose los tacones—. Nunca me cansaría de ella.

— Sé que me la podrías decir de memoria.

— Lo sé — le digo levantándome para verla entera—. ¿Aún con la ropa de ayer? Veo que fue bien la noche, y la tarde — ríe negando, una pequeña marca asoma en su cuello— ¿Aloia? ¿Desde cuando te dejas hacer chupones? — mi amiga frunce el ceño y va, cómo alma que lleva el diablo hacia el espejo que hay en la entrada.

— Eric me va a escuchar, mira que le dije que a alguien normal — resopla rodando los ojos—. Pero si, la noche, mañana y tarde ha estado entretenida, sí — alza las cejas con el gesto cansado—. Por cierto, te aviso, seguramente llegue Eric en un rato, ayer quedamos en comentar la velada — frunzo el ceño mirándola fijamente—. Es muy buen chico, agradable cuanto menos, y me ha buscado entretenimiento para una noche, no todos hacen eso.

— Es un poco raro que de conocerte de nada, te presente a un amigo suyo y se vaya a cenar con vosotros.

— Ainhoa, si quieres mentirte, hazlo, pero sólo cenamos João y yo — entrecierro los ojos y ella me guiña uno—. Ahora me voy a duchar, apesto a sexo — río mirándola perderse en el pasillo, pero poco tarda en volver a aparecer—. Por cierto, feliz aniversario — me dice con una sonrisa triste mirando hacia mi pie, aprieto los labios y asiento.