Capítulo 13.

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Eric.

Me duele la cabeza, la poca claridad que noto con los ojos cerrados me molesta en la vista. Noto mi cuerpo pesado, las piernas me duelen. Intento mover mis brazos pero noto algo sobre el derecho.

Abro los ojos con lentitud, observo una mata de pelo castaño sobre el mismo. Trago saliva inspirando profundamente. Muevo los dedos de la mano sobre la que ella se encuentra recostada.

— Pero... — Murmulla levantándose, veo cómo se frota los ojos con la mano que no sostiene la mía— Eric..., ¡Eric! — Se gira y me mira, veo cómo tiene hinchados sus ojos y muerdo el interior de mi mejilla — Te odio. — Me dice, apretando los labios — Ibamos a cenar. — Asiento.

— Perdón. — Susurro, veo cómo sus ojos relucen.

— Cómo me vuelvas a dar un susto así no me vuelves a ver en tu vida. — Me dice, río sintiendo una pequeña punzada de dolor en el pecho.

— Va a ser difícil cuando te vengas a vivir conmigo a Barcelona. — Le murmullo, ella resopla recostando la cabeza de nuevo sobre la cama— Ahora no puedes decirme que no.

— Puedo seguir diciendo que no aunque viva en Barcelona. — Resoplo tirando de su brazo, Ainhoa me mira fijamente— ¿Qué quieres?

— Ven aquí.

— No, debería... — Tiro de ella en cuanto se pone en pie, haciéndola casi caer sobre mi cuerpo— Eric.

— Cállate. — Le digo abrazándola por la espalda, siento como su corazón bate con fuerza contra el mío.

— Tenía miedo. — Murmulla pegada a mi cuello— A que te hubiera pasado algo, a que... — Niega, trago saliva viendo sus ojos brillando frente a mi.

— No pasó nada. — Le digo, en un vago intento de sonar tranquilizador— Estoy bien, hoy seguro que me dan el alta y...

— Te vas a quedar conmigo, y con Aloia. Al menos hasta que nos aseguren que esto se queda en nada.

— Como quieras. — Acepto sin decir nada más, la posibilidad de estar más cerca de ella no es algo que esté dispuesto a desperdiciar.

Me mira fijamente, sonrío cómodo colocándome bien en la cama. Apoyo una mano en el colchón y me levanto un poco, veo los ojos de Ainhoa mirándome fijamente. Inspiro profundamente esperando a que diga algo más.

— Eres muy listo tú. —Sonrío, ella suspira, veo cómo parte de su mejilla se hunde— ¿Te duele? — Me señala la cara, me encojo de hombros.

— Me encuentro aturdido, más que nada. — Ainhoa asiente— Pero no sé, igual... Hay algo peor.

— Ay, Eric, no digas esas cosas, por dios. — Río viendo cómo se levanta— Voy a llamar a algún enfermero — asiento— no te muevas.

La veo salir de la habitación y dejo caer mi cabeza hacia atrás, soltando una pequeña sonrisa notando cómo mi corazón bombea con fuerza. No sé en qué momento desde que la conozco me siento de esta manera cuando está cerca.

Lo único que supe desde que la vi, fue que iba a acabar conmigo.

La puerta se abre y observo de reojo cómo un par de enfermeros se acercan a mi, ella se queda en la puerta apoyada. Me hacen un par de preguntas y respondo mientras están a mi lado inspeccionándome. Escucho todo lo que me dicen sobre el golpe.

Se van poco después, Ainhoa se mantiene de brazos cruzados pegada a la pared al lado de la puerta. Me levanto un poco y dejo caer las piernas por el lateral de la cama, escucho sus pasos hasta llegar a mi lado.

Starlight • Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora