Capítulo 17.

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Observo el cielo del estadio a los pies del césped. Guardo las manos en los bolsillos de mi pantalón vaquero, mientras me fijo en lo vacías que están las gradas. Escucho unas risas a mis espaldas que hacen que me haga a un lado, evitando estar en medio de las cámaras cuando Eric salga.

Inspiro profundamente, el olor fresco del césped recién regado entra por mis fosas nasales. Miro a mi izquierda y veo salir a unos chicos bastante jóvenes, más que yo, al menos dos años.

— ¡Ainhoa! — reconocer a uno de ellos no me es difícil, sonrío mirándolo fijamente — Bienvenida a casa — me dice abrazándome sin previo aviso, me aprieta contra él con fuerza—. Mira, te presento, él es Pedri — señala al chico que está a su lado—. Una joya de central, el futuro Iniesta — dice para picarlo, el chico sonríe negando.

— No le hagas ni caso — me dice, su acento marcado hace que sonría—. Encantado.

Le doy un par de besos por cortesía, intercambio un par de palabras con ellos encantada de saber que hay personas preciosas esperando por Eric aquí. Trago saliva cuando veo salir a la encargada de las redes sociales del Barça, la cual saluda a los chicos.

— Ven, no vayas a salir de fondo— asiento notando la mano de Ansu en mi brazo.

Unas risas joviales captan mi atención, miro de nuevo hacia el túnel de vestuarios. No entiendo cómo hay tanta gente por aquí ya.

Me fijo en los dos chicos, uno más alto que el otro. Sonrío viendo la evidente complicidad que hay entre ambos, como se intercambian unas sonrisas que hablan más que por ellos mismos mientras se encaminan hacia nosotros.

— Hola — escucho al más bajito, que aún así es más alto que yo—, encantao', soy Gavi — estiro la mano hacia él, que la mira fijamente antes de agarrarla y agitarla.

— Encantada, yo Ainhoa — sonríe, o eso intenta, ya que su gesto es más parecido a una mueca.

— Me llamo Nico — dice el alto con una sonrisa amplia.

Se acerca a mi y deja un par de besos en mis mejillas. Me alejo un poco, embriagada por su aroma fuerte a colonia. Sonrío quedándome algo rezagada, ellos comparten una charla con Pedri y Ansu.

— Ts — miro hacia donde procede ese sonido, sonrío al ver a Eric asomándose a las escaleras.

— Qué, ¿listo? — se encoge de hombros sonriendo, me hace un gesto para que baje.

Camino por las escaleras pegada a un lado, una vez llego a su altura me abraza con fuerza. Sus brazos me rodean el torso y sus manos se cierran sobre mi espalda, suspiro apoyada en él. Dejo mi mejilla sobre su pecho y cierro los ojos escuchando el ritmo de su corazón.

— Gracias por estar aquí— sonrío, él deja un sonoro beso en mi cabeza.

— A ti, por querer que estuviera aquí— me separo un poco de él, pone sus manos en mi pelo y peina hacia atrás los mechones que caen en mi frente.

— Cómo no iba a querer, boba — besa rápidamente mis labios, sonrío llevando mis manos a sus muñecas para parar el movimiento de sus manos en mi pelo—. ¿Qué?

— Que me vas a despeinar, y no quiero que me despeines — río—. ¿Tus padres no han venido? — asiente.

— Y mi hermana, están viniendo... por ahí, han estado viendo los vestuarios también — asiento fijándome en sus ojos castaños.

Izarra — murmullo con media sonrisa, él frunce el ceño serio—. No te voy a decir lo que significa.

— No me esperaba menos de ti — sonrío encogiéndome de hombros—. Vienen todos— se limpia las manos a los pantalones de la equipación.

— Lo vas a hacer genial, ya lo has hecho, pero aún más. Te mereces todo esto, cariño — beso su mejilla rápido antes de ir hacia las escaleras.

— Tú te vas a casar conmigo — me giro hacia él en medio de la subida, sus ojos brillan y no soy capaz de leer ninguna mentira en ellos—, acuérdate del día en el que te lo digo, Ainhoa.

— Vale — le contesto, sin pensar demasiado, pero siendo consciente de que no será algo que vaya a pasar ahora.

— ¿Así de fácil?

— ¿Cómo que así de fácil? — me río girándome completamente— Tu a mi me vas a pedir la mano bien, solo te estoy diciendo que me acordaré de este día, igual que el día que me dijiste que vendría contigo a Barcelona.

Sonríe, pero sonríe de una forma preciosa que me ensancha el alma. Levanto la mirada y miro a su hermana, sonrío saludándola con la mano. Eric se gira hacia atrás y relaja los hombros al verla.

Alicia corre hasta llegar a su lado, lo abraza con fuerza sonriendo. Veo a sus padres llegar con calma abrazados bajando el túnel de vestuarios. Ellos me sonríen y yo los imito.

— Eric — Laporta habla al lado de algunos miembros de la junta directiva, él asiente apretando la mandíbula—, vamos.

Miro hacia él y sonrío asintiendo, pasa por mi lado acompañado por el presidente del equipo. Estira la mano hacia mi y me sonríe. Acaba de subir las escaleras, vestido con la primera equipación de esta temporada.

Le hacen un par de fotos y da unos toques. Los cámaras se van a un lado al rato. Camino hasta llegar a su lado, mis ojos se quedan fijos en el felpudo que pone "Salir y disfrutar". Sonrío mirando hacia arriba.

— Es el lugar más bonito del mundo — comento, notando su mano rodeando mi cintura, escucho su risa a mi lado.

— Es el mejor sitio del mundo — me dice, deja un beso en mi mejilla—. ¿Has conocido a los chicos? — asiento mirándolos sentados a un lado — Son buena gente — sonrío ampliamente encogiéndome de hombros.

— Son bastante curiosos, sobretodo aquellos dos — señalo a los que llegaron juntos—. ¿No te parece? — Eric se ríe negando.

— Siempre pillas todo — resopla manteniendo el gesto alegre—. Pero algo había, eso me comentó Ansu.

— Es que Ansu se entera de todo, tío— río, Eric asiente—. ¿Y lo que queda de verano? Yo tengo que ir a San Sebastián y...

— Ve, yo voy a ir con estos a Galicia en unas semanas — asiento abrazándolo—. ¿Estás bien?

— Perfectamente.

Nunca había estado tan segura de ello hasta ese día, volver a casa con él, pisar de nuevo el Camp Nou, caminar por Barcelona y querer volver a Donosti.

Por fin todo está en dónde tiene que estar.

Starlight • Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora