Capítulo V

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Como había prometido Lord Malfoy, la invitación formal había llegado en pocos días a su mansión atada en la pata de una imponente lechuza.

El pergamino era simple aunque elegante a la vez, los colores de la familia sobresalían pomposamente lastimando los ojos de quien la viera, ¿Pero que se podría esperar de ellos? Escrito se encontraba simplemente el lugar, la hora y el código de vestimenta para usar esa noche. Por suerte su vestido estaba dentro de lo impuesto por Narcissa Malfoy, así que no había problema alguno.

En esa misma semana, junto a su madre se habían dirigido al Callejón Diagon, para dejarle encargado el vestido a Madame Malkin la cual prometió que estaría listo para unos días antes de la fiesta con todas las especificaciones pedidas.

Durante todo el tiempo restante, se dedicó - junto a su progenitora quien ya había pasado por esta etapa - a practicar todos los modales, protocolos y posibles charlas que podrían existir en el banquete.

Las reuniones en la mansión Malfoy siempre eran extravagantes, pero una excelente tapadera para contactar con el sector más influyente del mundo mágico. Debía conseguir a alguien esa noche, era su mejor oportunidad.

No se había dado cuenta que tan rápido habían transcurridos los días, hasta que recibió la lechuza de Madame Malkin, indicando que su vestido estaba listo para ser retirado.


Era la hora de ponerse en marcha, debía sobresalir en la gala.

*****

[Mansión Malfoy, Julio 1995]

La mansión Malfoy era todo lo esperado por ella. "Pomposa" fue su primera impresión, pero luego se enfatizó más en los detalles: Se notaba que sus terrenos eran de gran tamaño, queriendo demostrar así el poderío de la familia.

Podía notar a la izquierda por setos pulcramente recortados y a la derecha por matorrales salvajes de corto crecimiento limitados por la reja de acero por la cual aún no habían pasado. Por los barrotes, veía a unos pavos reales desfilar entre los arbustos, como si fueran los seres más magníficos del universo.

Sus padres atravesaron primero el enorme portón de acero juntos de los brazos, su padre escoltando a su madre como debía ser.

Ella los siguió por detrás tal y como había practicado, recordando las palabras de su madre durante las clases de etiqueta "Mirada al frente y no caer. El protocolo mantener, esa postura siempre deberás tener. Gesto muy firme al mirar, nunca los labios aflojar, Firme la espalda, y guantes deberás usar" (por favor diganme que alguien sabe de donde es esto)

Con la espalda erguida y la barbilla elegantemente alzada, los tres Selwyn atravesaron aquella enorme puerta que les daba la invitada a una lúgubre pero elegante fiesta.

Un elfo los atendió enseguida, pidiéndoles sus abrigos los cuales le entregaron sin siquiera mirarle, únicamente escucharon el crack típico de una aparición y siguieron su camino.

Lo notaron instantáneamente, aquella "fiesta" no era algo cualquiera y casual. Ni siquiera eran las típicas reuniones de la alta sociedad mágica.

Si, habían familias de noble linaje y malditamente ricas en aquel amplio salón al que se estaban encaminando. Pero era sabido por todo el maldito mundo mágico que aquellos otros invitados eran gente no deseada.

El salón estaba plagado de Mortifagos.

En otros años era capaz que se sorprendiera, pero luego de que se hubiera disputado el torneo de los tres magos hace tan solo 1 mes, todos sabíamos que era lo que vendría a futuro.

The Curse [Lord Voldemort y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora