Capítulo X

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Camilo se dirigió apresurado a casa de ______ esperando por fin verla. Ahora estaba preocupando por lo que le había dicho el repostero anteriormente.
Al llegar tocó la puerta de entrada y esperó pacientemente, pero no obtuvo respuesta. Volvió a tocar y siguió esperando pero al pasar los minutos y no recibir respuesta se dirigió a la venta de la habitación de la joven, y como anteriormente había hecho, trepó el árbol y se encontró con la venta cerrada así que toco esperando esta vez tener una respuesta de parte de la muchacha.

Por su parte ______ estaba tendida en su cama leyendo uno de los libros, estaba tan concentrada en su lectura que no presto atención a cuando Camilo tocó la puerta de entrada.

Pero bajo de su nube cuando escucho golpes en su ventana.
Se levantó de la cama y allí lo miro, trepado en el árbol como aquella noche, así que se dispuso a abrir la ventana para que entrara.

-Camilo, ¿Qué haces ahí? ¿Sabes que hay puedes de entrada?- Espetó la muchacha.

-¡¿Qué?! Pero si toqué muchas veces en la entrada y no saliste- Respondió indignado el chico, posando su mano sobre su pecho.

-¿Estas segúro?- Pregunto acercándose más de lo normal a Camilo con la intención de hacer que dijera la verdad.

-Aamm... Si segurísimo- Respondió titubeante ya que no esperaba esa acción de parte de su amiga.

-Oh, disculpa es que estaba tan concentrada que no debí haberte escuchado- Hablo, mientras ponía nuevamente distancia entre ambos.

-Fui a buscarte a la repostería de tu papá por qué llevo días sin verte, y el me dijo que no has querido salir de casa ¿Te pasa algo?- Espetó al momento que tomaba ambas manos de la joven mostrándose preocupado.

-No me pasa nada, estoy bien- Respondió mostrando una inocente sonrisa.

-No se porque no te creo, por favor dime la verdad, quiero ayudarte- Insistió el Madrigal, esta vez mostrando su preocupación.

-Bueno, es que hay un chico- Respondió al momento que borraba su sonrisa.

-¿Un chico?- Pregunto aún más preocupado.

-Es Alex el esta ahora en la repostería con mi padre, siento que mi padre me remplazo por el, dijo que ahora el sería quién le ayudaría y creo que ya no me necesita- Respondió triste la chica.

-¿Pero que hay de ti o de mi?-

la joven no comprendió a que se refería con esa pregunta el muchacho, y solo mostró una mueca de que no entendió y guardó silencio.

-Entonces ¿Me estás diciendo que si no le ayudas a tu padre, no piensas volver a salir?, Tú tienes una vida, a ti te gusta mucho aprender cosas nuevas, y yo, me gusta mucho pasar tiempo contigo sabes- Hablo el de rulos intentando hacer que la joven se diera cuenta de sus sentimientos hacia ella.

-Cam, perdóname por no visitarte durante estos días, es que a veces siento que te molestó con todas las preguntas que hago o porque en ocaciones no entiendo a qué te refieres, y todo porque no sé nada, gracias a que vivo encerrada- Respondió la joven al borde del llanto.

El Madrigal se percató de esto, así que la abrazo para consolarla.

-Tu no me molestas, ni las preguntas que haces, ni tampoco que a veces no comprendas lo que digo, eso más bien es culpa mía, por no explicarte antes, _______ yo te quiero y me gusta ser yo quien responda a tus dudas- Hablo el muchacho posando sus manos sobre las mejillas de la chica.

-Gracias Cam, yo también te quiero- Respondió _______.

Ambos muchachos volvieron a darse un abrazo hasta que la joven recordó sus dudas sobre los libros.

-Cam, hace unos días fui a una biblioteca y el señor que trabaja allí me prestó unos libros, pero hay algunas cosas que se mencionan en ellos, y que yo no entiendo, ¿Me ayudarías?- Hablo la joven, volviendo a sonreír y acercando al muchacho a la cama para que viera de lo que estaba hablando.

-Claro que si linda, con todo gusto- Respondió el rulos, seguido de inclinarse para besar la mano de su acompañante.

La joven inicio con sus preguntas a lo que el Madrigal respondió cada una de ellas sin dificultad, hasta que en cierto punto no estaba seguro de si responder a la pregunta.

-Yo creo que es mejor que no sepas la respuesta de esa pregunta, mejor has otra pregunta- Hablo el chico tratando de no mostrar sus nervios.

-Pero tú dijiste que me ayudarías- Dijo la joven con inocencia.

-Bueno se necesita de un hombre y una mujer que se quieran mucho y ya- Explico el de rulos.

-¿Así como tú y yo que nos queremos mucho?- Pregunto la chica.

-No, es algo un poco diferente, pero no quisiera ser más explicito porque podrías sentirte incómoda y no quiero hacerte eso- Respondió el muchacho.

-¿Entonces es algo malo de saber?-

-No, no es malo, más bien puede ser algo incómodo de decir, y no quiero que pienses mal de mi, además puede que haga que tú te sientas incómoda- Respondió ya con el rostro rojo de la vergüenza.

-Hasta ahora nunca has hecho nada para hacerme sentir así, y no creo que la respuesta de una de mis preguntas sea tan mala, por favor, quiero saber- Suplico la joven.

Camilo no respondió y solo la miro, pensando en si debería decírselo.

-¿Cómo se hace un bebé?- Pregunto nuevamente la joven con inocencia.

El chico soltó un suspiro antes de hablar.

-Esta bien, tú ganas, pero no le digas a tu papá que te lo dije, ¿De acuerdo?- Pidió el de rulos.

-Te lo prometo- Respondió la muchacha con emoción.

Entonces Camilo le dio una rápida explicación de lo que la muchacha había preguntado, entre mas hablaba el Madrigal más roja se le ponía la cara y la chica comenzaba a ponerse nerviosa y sentir también vergüenza.
Al terminar la explicación ambos quedaron en silencio sin saber que decir.

-Gracias por explicarme Cam, no volveré a hablar de ese tema, perdoname- Se disculpó la muchacha sintiéndose apenada por hacer hablar a Camilo.

-Realmente no es malo, pero imaginé que te podía hacer sentir incómoda-

-Yo te hice hablar, porque quería saber-

Ambos volvieron a guardar silencio unos segundos, hasta que nuevamente Camilo hablo.

-Ahora que lo recuerdo hay otra razón por la que te quería ver- Hablo el muchacho emocionado.

-A sí, ¿Cual es?-

-Mi cumpleaños es en tres días, y me gustaría que asistieras a la fiesta, será en casita Madrigal, ¿Te gustaría ir?- Espetó el de rulos.

-¡Si! Me encantaría asistir- Respondió la muchacha.

-Genial, ¿Quieres que venga por ti?- Pregunto el muchacho.

-¿Qué acaso no estarás ocupado?, digo tú serás el cumpleañero-

-No lo estaré, entonces, ¿Vengo por ti?-

-Mejor yo llego por mi propio pie, no quiero que tengas que salir por mi- Respondió amable.

-Si así lo deseas no insistiré más linda-

Siguieron hablando de diversos temas, hasta que callo la noche y era momento de que Camilo volviera a casita.
Se despidieron como de costumbre y el Madrigal se retiró

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