El Inquilino Nuevo. - 82

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Alvin se quedó parado en medio del hotel mirando como Aldo se iba, metió sus manos al pantalón y comenzó a caminar hacia la salida del hotel. Aldo en el Uber no de baja de ver su pulsera que le había dado.

Tiempo después llegaron al Aeropuerto de Miami, los chicos bajaron y tomaron sus maletas para entrar y comenzar abordar su avión que los llevaría de vuelta a casa.

Necesitamos que se repitan más viajes así. — dijo Yoss.
La verdad que si, me la pase a toda madre. — dijo Gely.— al que le fue mejor fue a nuestro Aldito, robando corazones aquí en Miami. — dijo Gely

Aldo giró y sonrió. — claro que no, Alvin es un buen amigo y con eso me voy a quedar. — Dijo

Poco tiempo después subieron al avión que los llevaría de vuelta a Douglas, Aldo se sentó junto a chris una vez más.

Te gustaron estas vacaciones? — preguntó algo tímido.
Si, me gusto mucho salir de mi casa y de esa depresión por la que estaba pasando. — dijo Aldo
Me da mucho gusto. — le dio un beso en la frente
Aldo sonrió y cerró los ojos. El avión comenzó a despegar y los chicos ya estaban viajando rumbo a su casa.

Steve! No se te olvida nada? — preguntó Lia
No, ya empaque todo mamá, no se me olvida nada. — respondió
Steve estaba terminando de acomodar todas las cosas, pues también ellos estaban por salir a casa, el tiempo de su estancia se había terminando. Solo esperaban a que la camioneta que los llevaría al aeropuerto llegara por ellos.

Por fin, volveré a mi casa, mi bosque mi ciudad. — dijo Steve
Todo acabo hermano, ahora nos toca regresar a nuestra casa. — dijo Giselle

La camioneta llegó y los chicos comenzaron a subir las cosas, No se había quedado nada en la casa,
Carl cerró la puerta y entregó las llaves a Jerónimo.

Bueno mis estimados cantú, su tiempo de volver a casa a llegado, les deseo un buen viaje y esperemos que lleguen con bien. — dijo Jerónimo

Muchas gracias por todo, estamos muy agradecidos por el apoyo que siempre nos brindó. — dijo Carl

No hay nada que agradecer, siempre contarán conmigo en estos casos, cuídense mucho y Steve no se te olvide la condición que te pusieron los Barrón, en poco tiempos nos volveremos a ver. — dijo Carl

No se me olvidara señor! — respondió

La familia cantú comenzó a subir a la camioneta que los llevaría al aeropuerto de España, Steve miraba por la ventana, estaba algo ansioso por llegar e ir corriendo a buscar a Aldo.

Los chicos comenzaron a bajar del avión y fueron por sus maletas, Caminaron hasta la salida y allí cada quien tenía que tomar un didi o taxi para ir a casa.

Nos vemos el lunes en la escuela. — dijo Yoss
Si, nos vemos, descansen estos días — dijo Fer

Cada quien tomó su didi para ir a casa, Aldo subió sus maletas y se fue directo a casa. En el transcurso a su casa no dejaba de pensar en Alvin y miraba su pulsera.

Es aquí joven? — preguntó el señor
Si, es aquí. — respondió Aldo

El señor se estacionó y Aldo bajo del didi, sacó sus maletas y miró su casa.

Hola ya volví. — dijo mirando su casa

Aldo comenzó a caminar hasta entrar a su casa, abrió la puerta principal y dejó las llaves ahí, camino hasta la cocina y no había nadie, empezó a checar toda la casa y no había nadie.

Bonito recibimiento, no hay nadie en casa. — dijo Aldo

Empezó a subir sus maletas a su recámara, para empezar a desempacar la ropa sucia y la ropa que había comprado. Entró a su cuarto y seguía estando tal cual lo dejo, el olor a frutos rojos llegó a su nariz y se aventó a la cama.

Ya te extrañaba camita. — dijo Aldo

Los cantú llegaron al aeropuerto de Douglas Washington y empezaron a caminar a la salida para tomar un taxi que los llevara a casa.

Por fin, estamos de vuelta aquí. — dijo Steve

Aldo empezó a desempacar su ropa, comenzó a escuchar ruidos que provenían de afuera, dejó la ropa en la cama y comenzó a caminar hacia la terraza, abrió la ventana y salió, camino lentamente y miró que la casa de a lado ya tenía un inquilino. Estaba acomodando varias sillas y un asador, Aldo lo miró y al poco tiempo el inquilino nuevo giró su mirada y miró a Aldo.

Hey! Vecino buenas tardes. — dijo el inquilino
Hola — saludo con la mano.— buenas tardes

Aldo se dio la vuelta y entró a su habitación, vaya sorpresa tenían vecino nuevo. Feo no era, Aldo siguió desempacando su ropa, escuchó que alguien estaba abriendo la puerta y se pegó a la puerta de su cuarto para escuchar mejor.

Lávense las manos niños, ahorita les haré de comer. — dijo Gina a los enanos

Su mamá y sus hermanos habían llegado a casa.

Cuando va regresar Aldo mamá? — preguntó Jerry
No se corazón, pero en estos días debe llegar, el lunes regresan a la escuela y debería de llegar mañana. — dijo Gina

Lo extrañamos mucho mamá. — dijo Isa
Yo también mis enanos, yo también lo extraño a su hermano. — dijo Gina

Yo también los extrañé enanos. — dijo Aldo bajando la escalera

Los enanos salieron corriendo del comedor para ir abrazar a su hermano, Gina se puso de pie y camino hasta donde estaba Aldo.

Hijo a qué hora llegaste que no te sentimos. — dijo Gina
Mamá, llegue desde las 2 pero no había nadie en la casa, me subí a mi cuarto a desempacar y sacar la ropa sucia. No sabía donde estaban ustedes. — dijo Aldo

Fuimos al cine hermano. — dijo Jerry
Con razón estaba muy tranquila la casa. — respondió Aldo

Quieres cenar? — preguntó Gina
Si, tengo muchísima hambre. — respondió Aldo

Aldo se sentó en el comedor con sus hermanos a cenar, él les contaba cómo se la había pasado en Miami con sus amigos, al poco tiempo Aldo estaba levantando los platos y los vasos para lavarlos.

Deja ahí ma, yo los lavo, ve a descansar. — dijo Aldo

Gina sonrió y camino hasta donde estaba Aldo, le dio un beso y se fue a su recámara. Aldo lavo los platos y vasos para después acomodarlos en su lugar. Cuando terminó salió al patio de enfrente para fumar. Camino y se sentó en una de las sillas y sacó su cigarro. Contemplaba la noche y las estrellas que se miraban. Un ruido algo fuerte se escuchó y se puso de pie, camino hasta la puerta principal Pat a ver qué había sido ese ruido. Aldo miró a su vecino nuevo sacar la basura y respiró.

Buenas noches vecino. — dijo el vecino
Hola, pensé que los gatos querían tumbar los botes de basura otra vez. — respondió Aldo
No, ahora el que los tumbo fui yo, lo asuste?— preguntó

Si algo, por eso salí a ver qué había sido. — respondió Aldo

Un disculpa vecino, pero que grosero, ni si quiera me he presentado con usted, me llamo Renato.

Aldo sonrió. — mucho gusto, me llamo Aldo.

El vecino sonrió.

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