Es una larga Historia. - 84

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Aldo tomó asiento en uno de los mesa bancos y sacó sus cosas para tomar las clases, estaba muy feliz pues el amor de su vida había regresado.

— ¿Como puedes estar tan feliz de qué hay regresado Steve, si la última vez que lo viste casi te mata? — le dijo Chris al oído.

Aldo giró y lo miró. — ¿Cual es tu problema? Porque te molesta tanto que Steve haya regresado? — preguntó Aldo.

Chris lo miró fijamente a los ojos, al parecer Aldo no recordaba que en las vacaciones chris se confundió, que no sabía que era lo que sentía por el.

— No tengo ningún maldito problema con eso. — respondió.

Chris camino hasta su lugar y se sentó, Aldo lo miró y no podía creer que chris estuviera tomando esta actitud con el.

Después de varias horas salieron al break y los chicos fueron a la cafetería almorzar, Steve salió y camino hasta el salón de Aldo para esperarlo. Aldo salió y miró a su novio esperándolo.

— Hola amor. — dijo Aldo
— Hola cariño, almorzamos juntos? — preguntó
— Claro que si. — respondió Aldo

Los dos se fueron caminando directo a la cafetería tomados de la mano, Chris salió del salón y miró a Aldo irse con Steve tomados de la mano. El coraje invadía su cuerpo, no soportaba verlos juntos de
Nuevo.

— Eso te pasa por usar tu don para sacar provecho. — dijo Giselle detrás de Chris.

Chris giró y la miró detrás de él.

— ¿De que estás hablando? — preguntó
— No te hagas el que no sabe chris, te mire todas las vacaciones en Miami las veces que usaste tu don para que Aldo y tú tuvieran sexo, Por eso Aldo no siente nada por ti porque estaba bajo tu don. — dijo Giselle.

Chris la miró y se fue caminando lejos de ella, por una parte Giselle tenía razón, el don de chris jamás dejar que Aldo sintiera cosas por el.

— ¿Ya me vas a contar a donde te fuiste? — Aldo preguntó.

— El tiempo del break no me va alcanzar para contarte todo amor, por eso quiero que vayamos a un lagar y poder platicarte todo. — respondió Steve.

— ¿Me extrañaste? — preguntó

Steve se acercó y lo abrazó fuerte.

— Como no tienes una idea.— respondió dándole un beso en la frente.

El tiempo del break se terminó y era hora de entrar a clases, Steve llevo a Aldo hasta su salón y se despidió de él.

— Te veo en la salida cariño. — dijo Steve
— Está bien, te veo en los casilleros. — respondió Aldo.

Steve sonrió y se fue caminando a su salón, caminaba por los pasillos y al dar la vuelta chocó con alguien por accidente.

— Porque no te fijas por donde... — se quedó callado.
— Buenos días Thiago. — dijo Steve.
Thiago abrió grandes los ojos, no podía creer que Steve estuviera de vuelta.

— ¿Que demonios haces tú aquí? Deberías de estar muerto. — dijo Thiago.

Thiago miraba con odio a Steve pues su plan no había resultado como él lo había planeado, salió corriendo velozmente. Steve giró por que escuchó que corrió.

Las clases pasaron, la hora de salida había llegado, todos comenzaron a salir de los salones para ir a casa. Aldo camino hasta su casillero para dejar las cosas, Steve lo miró y camino hasta donde estaba.

— Hola amor. — dijo Steve aún lado de él
— Hola, oye quieres ir a comer a mi casa? — preguntó.
— Si, porque no? Quiero ver a los enanos también los eché de menos todo este tiempo. — dijo

Aldo cerró el casillero y se fue caminando junto a Steve tomados de la mano, la felicidad de Aldo había vuelto, pero para otros la amargura y el coraje también llego. Chris miraba como Aldo se iba caminando junto a Steve.

— Tu sabias que tarde o temprano Steve volvería. — dijo Alguien detrás de Chris.

Chris giró y miró a Gely parada detrás de él.

— De nada me sirvió estar al pendiente de él y cuidarlo, de protegerlo de todo, cuidarlo cuando ese idiota lo dejo en una depresión. — respondió

— Tú sabes que el corazón de Aldo ama como loco a Steve, por eso ese día que los vi que se estaban besando, sabía que ibas a salir lastimado chris porque Aldo no te iba corresponder como tú lo querías porque era obvio que aún quería a Steve. — dijo Gely mientras le tomaba el hombro.

Chris agachó su cabeza y sus ojos se llenaron de lágrimas, pues el que estaba confundido era el.

— Yo solo quería que él me quisiera. — dijo con un nudo en la garganta.

— Claro que te quiere, pero no como tu quieres que él te quiera, debes aprender a tenerlo en tu vida como amigo, porque es lo que será, tu amigo. — dijo Gely

Aldo y Steve llegaron al estacionamiento.

— Solo voy y dejo a mis hermanos a la casa y me voy para allá amor. — dijo Steve.

— Si, no te preocupes. Entonces te veo allá en la casa. — respondió Aldo

Steve le dio un beso a Aldo y se fue caminado hasta su auto, Aldo subió a su camioneta y se marchó a su casa. Thiago junto con su hermana los miraban.

— No se como se salvó Steve de los Barrón. — dijo algo molesto.

— De nada te sirvió hacer tanto show para que Steve saliera libre, ahora preocúpate tú, que si se enteran que fuiste tú quien lo denuncio, te meterás en serios problemas hermanito. — dijo Regina.

Al poco tiempo Aldo llegó a la casa, dejó estacionada su camioneta y bajo. Al acercarse a la puerta escuchaba que mamá tenía visita, abrió la puerta y dejó sus cosas en la estancia de la entrada,  camino hasta la cocina lentamente y miró que su mamá estaba platicando con el vecino nuevo.

— Hijo, ya llegaste. — dijo Gina
— Hola, si mamá acabo de llegar la facultad. — dijo Aldo.
— Has de traer hambre, pero ven que te quiero presentar a. —
— Renato. — interrumpió a su mamá

La señora Gina lo miró

— ¿Ya se conocen? — preguntó
— Ayer nos conocimos y nos presentamos. — respondió Aldo.

El timbre sonó y Aldo sonrió, corrió veloz para abrí la puerta de la casa.

— Hola, ¿puedo pasar? — preguntó Steve
— Claro que si, pasa, anda. — dijo Aldo

Steve entró y fue directo con Aldo a la cocina.

— Mamá. — dijo Aldo
— ¿Qué pasa? Porque andas tan feliz? No te miraba así desde que se fue Steve. — preguntó

— Será que anda así porque Ya volví? — dijo Steve asomando la cabeza.

La señora Gina soltó un grito de felicidad y corrió abrazar a Steve, no podía creer que ya estaba de vuelta.

— Ay muchacho qué gusto que ya estés aquí, no sabes lo mucho que te extrañábamos aquí, pues donde te habías metido muchacho. — preguntó la Señora Gina.

Es una larga Historia. — respondió Steve

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