Capítulo 4: Cambios

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—Oye...oye, Mika—la voz de Eren se escuchaba lejana, hasta que un ligero toque en su hombro la despertó.

—Oh, lo siento...—Mikasa se incorporó al tiempo que se tallaba los ojos espabilando

—¿Desde cuándo te quedas dormida con Back to the Future? Siempre te ha gustado

—No Eren, siempre me ha gustado la primera película de Back to the Future, la segunda y la tercera...no tanto

—Pero siempre veíamos la trilogía completa y nunca te quedabas dormida

—Si, cuando teníamos 13 años y era fin de semana no había problema...pero hoy es miércoles y ya son más de las once de la noche...—Mikasa sonrió y mostró la pantalla de su celular donde se reflejaba en la pantalla las veintitrés horas y quince minutos—mejor la terminamos el viernes, ya me tengo que ir—Mikasa se levantó de la cama y la rodeó para salir

—¿Eh, te vas?

Mikasa se giró hacia Eren confundida con la pregunta —Sí, ya es tarde

—Exacto, es tarde...y siempre que es tarde te quedas. Quédate, terminamos sólo la parte dos y nos dormimos

Mikasa guardó silencio por unos segundos, consternada con la simpleza con la que Eren le proponía quedarse a dormir.

Era verdad, no era la primera vez que Mikasa pasaba la noche en la habitación de Eren, Levi conocía a sus padres, eran vecinos desde hacía tiempo y ellos se conocían desde los diez años, esta costumbre se perdió un poco cuando Mikasa empezó a entrenar seriamente al entrar al Inba 10, antes de eso, si se hacía tarde en sus juegos o noches de películas, ella simplemente se quedaba a dormir y los padres de Eren daban aviso a Levi.

Pero ahora, era diferente...y se sentía diferente. Eren ya no era un chico gritón y delgado, había crecido hasta ser más alto que ella,  su espalda y brazos lucían musculosos, a pesar de no ser asiduo a los deportes, incluso sus ojos parecían verse más grandes y profundos.

Y ella también había crecido, de varias maneras, sus piernas, sus caderas...y su percepción.

—No creo que sea buena idea, apenas y cabes tú en esa cama—sonrió con disimulo

—En eso tienes razón, ya se me salen los pies...creo que pediré una más grande, pero si me duermo sobre un costado no debería haber problema...¿Nunca te he pateado o si?

Mikasa liberó una breve carcajada negando con la cabeza. Prefería no hablar, nunca le había preocupado antes quedarse en la misma cama.

—¿Entonces?insistió Eren

—¿Entonces qué?

—Entonces quédate...envíale un mensaje a tu tío

—No le avisé que podría quedarme... a-además mañana debemos ir temprano a la escuela

—Vives en el edificio de enfrente Mika, no se te va a hacer tarde por bajar y subir algunos pisos

—Y esta camisa y jeans no son cómodos para dormir...

—Te presto una de mis playeras

—¡Eren!—Mikasa empezaba a exhasperarse—¿Qué no te das cuenta? Tenemos diecisiete años y yo...yo, ya no puedo utilizar tus playeras

Eren se incorporó aún sentado sobre la cama  la miró de pies a cabeza, poniéndola aún más nerviosa

—¿Lo dices por tus pechos?

—¡Eren!—Mikasa dio un irritado golpe al suelo con el pie

—¿Qué, qué? No estoy ciego Mika, sé que ya eres una niña...mira si te incomoda me puedo salir mientras te cambias...

Lo que es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora