Capítulo 21: Inevitable

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Jean permanecía sentado en el estacionamiento del instituto, aun faltaba media hora para el inicio de clases, sin embargo, se había acostumbrado a llegar con tiempo para ir a la tienda escolar y comprar bebidas, incluyendo la leche de fresa para Mikasa.

La misma costumbre, lo había hecho levantarse a la misma hora y ahora le sobraba tiempo y no estaba seguro de que fuera buena idea continuar comprando las bebidas.

El rostro de Mikasa regresaba a a él como escenas de una película, por unos segundos la veía sonriendole, después pestañeaba y la tenía en sus brazos, cerraba los ojos y podía sentir su calor y la suavidad de sus labios una vez más...después abría los ojos y volvía ver su rostro cabizbajo y sentía su mano alejando la suya, salía del auto y se alejaba de él.


¿La molestarÍa si hoy continuara con esa "tradición"?


Miró por la ventana y recordó de inmediato la sonrisa de Mikasa el recibir su bebida cada mañana. Él también sonrió. ¿Por qué no? Pensó, a él no le molestaba y no le hacía daño a nadie, si ella misma le decía que se sentía incómoda simplemente no lo haría más.

Salió del auto y se dirigió a la tienda escolar.




















Eren miró hacia los lados por el pasillo, Mikasa no estaba en los lockers y no lograba escuchar la voz de Sasha, que era una excelente señal de que Mikasa estaba cerca.

Se detuvo a sólo unos pasos de la entrada al aula, Armin ya se encontraba sentado con su libro abierto sobre el pupitre, Connie dormido y Jean a un lado, con una pequeña bolsa de papel sobre el escritorio.

La idea vino rápida su cabeza, él también podía ofrecerle a Mikasa algo de beber, tal vez algo para el entrenamiento. Vio el reloj, aun quedaba tiempo. Dio la vuelta y se dirigió a la tienda escolar.

















—¿Rosas rojas?—Sasha miró a Mikasa y después hacia el vacío

—Si, estaban muy lindas

—Connie nunca me ha regalado flores— Sasha continuaba viendo al vacío

—Sasha, regresa—Mikasa tocó el brazo de su amiga.



Ambas permanecían sentadas sobre la pequeña mesa frente a la nevera de pastelillos, en la esquina donde acostumbraban sentarse, dentro de la tienda escolar.


—¿Y entonces?—Sasha miró a Mikasa a los ojos, de manera repentina

—¿Eh? ¿Entonces qué?

—¿Te gustó?

Mikasa miró a los ojos a Sasha— ¿Acaso escuchaste sólo la mitad de lo que dije?

Sasha rió—No, no, Mika...es que me enfoco en lo importante

—Lo importante es que me siento terrible, Jean fue...fue tan amable y cortés y...yo no puedo corresponderle Sasha

—¿Por qué no? Ya salieron tres veces—continuó Sasha

—¡Dos veces!

—Si, si, está bien...oficialmente—Sasha dibujó comillas en al aire—sólo han salido dos veces, pero, algo bien hizo Jean si te convenció ambas veces de...





Sasha detuvo sus palabras al ver a acercarse a Eren desde el mostrador, por el costado izquierdo y detrás de Mikasa.


Mikasa observo la mirada de Sasha y miró detrás de ella de inmediato. Encontró la mirada de Eren con el semblante totalmente serio alternando la vista de Sasha a ella y viceversa, mientras sostenía en sus manos un par de cartones de leche.












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