Capítulo 27: La delgada línea

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El regreso había sido silencioso el día anterior, entre el cansancio y el desánimo.  Afortunadamente  Mikasa había tenido toda la tarde para descansar. Porque por la noche su mente no paró de divagar entre todo lo sucedido.

Armin tenía razón, ella esperaba un cambio en su relación con Eren, pero ahora ambos debían adaptarse y reconocerse.

Por otro lado...las palabras de Jean volvían a su cabeza, junto a su sonrisa  y cada uno de sus besos.  Sonrió con los labios y hundió el rostro en la almohada. 


¿Por qué no darse la oportunidad?




Al salir esa mañana, Eren ya la esperaba frente al edificio, junto a las bicicletas.


—Buenos días—la saludó

Mikasa lo miró con sorpresa—Eren...buenos días

—¿Comemos juntos hoy?

Mikasa pestañeó antes de responder—No preparé nada y ya es tarde para regresar.

—No tienes que preparar nada. Yo me encargo.

Mikasa entrecerró los ojos con sospecha.

—Eren, no puedo comer sopa instantánea y odio el pescado empapelado de la cafetería.

Eren sonrió—Te prometo que no será nada de eso

Mikasa elevó una ceja aún con dudas, pero al final decidió aceptar—está bien. Pero si me estás mintiendo tendrás que comprarme cena.

Eren liberó una carcajada y empezó a caminar junto a ella.






Esa mañana Jean ya esperaba a Mikasa en el aula con un cartón de leche de fresa y el corazón latiendo con fuerza.  Daba miradas furtivas a la puerta esperando verla entrar.

Sasha ya estaba en su lugar, así que ella no debía tardar.

Ver el motivo de su retraso era lo último que necesitaba. Había pasado el fin de semana acusándose a sí mismo por haber escondido la bufanda, pero ver a Mikasa entrar al lado de Eren encendió algo dentro de él.

Bajó la mirada de golpe pretendiendo no haberlos visto y hurgó su mochila buscando cualquier cosa. 

Mikasa lo había besado, le había permitido abrazarla...

La imagen de las manos de Eren acomodando la bufanda sobre su cuello apareció en su mente.

 Ella había pasado tiempo con él, había aceptado que le gustaba. Ahora, podían salir juntos, sería su novia...iría a sus competencias, a los eventos y saldría en fotografías con él...

Pestañeó al recordar la mano de Eren acariciando su cabello.


El ruido de la silla frente a él lo hizo levantar la mirada al fin. Mikasa dejó su mochila y se sentó. Pudo percibir el aroma de su cabello y sonrió antes de tocarla en el hombro,

Mikasa también sonrió al sentir la mano de Jean. Deslizó su mano izquierda hacia atrás y abrió la palma, esperando.

Jean dejó el cartón de leche sobre su mano y aprovechó para atrapar la mano de Mikasa en la suya. Mikasa sintió el ligero tirón y rió de nuevo, pero al no poder liberarse, giró para mirar hacia atrás sobre el hombro.

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