Capítulo 24: Inician las competencias

335 43 15
                                    

—¡Ey Jean! ¿Has visto a Mikasa?

Jean elevó las cejas  con la pregunta y giró un poco el torso para responder

—No.—fue la simple respuesta

—¿No llegó contigo?

Jean frunció un poco el ceño—No.

—¿Entonces en dónde está?

Un incómodo calambre recorrió el pecho de Jean con las preguntas del equipo de judo—No lo sé...¿Por qué tendría que saberlo?

—Pues siempre llegaban juntos...y ella nunca falta a los entrenamientos, al menos nunca sin avisar y desde ayer no responde los mensajes o llamadas...¿Si vino a clase?

Jean se giró por completo quedando de frente a ellos ¿Mikasa no había ido a entrenar? No lo sabía. En su afán por alejarse de ella, había procurado embromarse en los casilleros para evitar encontrarla y siempre salía antes que ella al finalizar.

—Si, ha venido a clases. Pero no sé en donde pueda estar, no nos hemos...—aclaró un poco su garganta—visto mucho por las tardes.

—Mmm...ok, si la ves puedes decirle que...¿Se comunique? Sólo queremos saber si está bien.






Todos continuaron su camino desde el gimnasio. Jean se encogió de hombros y caminó al auto. Entre más avanzaba, más fruncía el ceño...hasta que al fin se detuvo. Apretó la mano sobre el tirante de su mochila de deportes y chasqueó la lengua molesto.

Molesto con sí mismo y con esa lucha interna que lo mantenía confundido.

Deseaba ser un buen amigo con Mikasa, un amigo no se iría pretendiendo que no le preocupaba su ausencia en el entrenamiento. Un buen amigo la buscaría y procuraría saber si había pasado algo, si había algo en lo que pudiera ayudar. Pero...un buen amigo no sentiría celos por ella, ni sentiría furia contra un compañero específico de la escuela. Un amigo no desearía tomarla de la mano, abrazarla y besarla como él lo hacía,

Sacudió ligeramente la cabeza, tratando de parar el estruendo de preguntas que llegaban a su mente. Exhaló y tomó su teléfono. Vio la pantalla por unos segundos el nombre de "Mimi", exhaló una vez más antes de hacer una llamada.








—Hola, Jean

—Hola Armin...oye disculpa que te llame de pronto

—Ah no te preocupes, voy saliendo de la biblioteca...¿Pasa algo?

—No, no pasa nada...sólo...me comentaron en el gimnasio que Mikasa no ha asistido a entrenar y preguntaron por ella...¿Tú sabes algo?

—No...qué extraño ¿No fue hoy?

—No...

—Estoy seguro de haberla visto salir del edificio con su mochila de deportes.



Jean frunció el ceño ¿Por qué Mikasa tomaría la mochila del casillero si no se iba a presentar a entrenar?

—Armin...¿Puedes ir al jardín trasero del comedor?

—Eh...si, sólo, dame unos minutos, vengo cargando algunos libros, los guardaré y te veo ahí.

—Ok—Jean finalizó la llamada y empezó a caminar a ese mismo lugar donde habían comido juntos por primera vez. Deseando encontrarla y no encontrarla al mismo tiempo.



Dio vuelta a la esquina con precaución, asomando apenas lo suficiente para ver las mesas desde ahí.  Tomó aire despacio al verla, Mikasa se encontraba  se encontraba sentada, con el rostro inclinado, reposando sobre su mano derecha y mirando y tocando la pantalla de su teléfono con la mano izquierda. La mochila de deportes a un lado de ella.

Lo que es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora