Oasis [Pausa de temporada] oasis volverá pronto.

Capítulo 16

Cuatro años después.

Martes, 23 de mayo del 2017.

Volví a mirar mi reloj de muñeca y resoplé, frustrada. Tamborileé los dedos sobre la mesa del aquel cafetín y seguí esperando. Era muy grosero de su parte llegar tan tarde. Escuché la campanilla sonar detrás de mí, oí a alguien apresurarse en mi dirección, la persona es cuestión, no dudó en sentarse frente a mí y tomar una bocanada de aire, cerró sus ojos y recostó su espalda en el respaldo de la silla. Su tez bastante pálida por correr.

—Llegas tarde— fruncí el ceño cuando no me prestó atención—. Hardin.

Abrió sus ojos y me miró, todavía dando sonoras bocanadas de aire.

— ¿Hum?

— ¿Podrías ser puntual?

—Sabes que lo bueno se hace esperar—rodé los ojos y su sonrisa burlona se acentuó. Rió y miró el menú—. Espero que ya hayas pedido algo. Estoy hambriento.

—Hola, hambriento. Soy Maxine.

—Chistosita—bufó y dejó el menú a un lado. Apoyó sus codos sobre la mesa y me miró—. ¿Para qué me llamaste de todas formas?

—Hace una semana le mandé un nuevo cuadro a mi hermano—bebí un sorbo de mi té. Estaba frío ya.

Elevó las cejas, fingiendo estar sorprendido.

—Que novedad.

—Pero—levanté un dedo—. Ayer me llegó una carta de él.

—Eso si que lo es.

— Estuve tan nerviosa que no pude esperar a vernos en la universidad, así que te cité para que la abriéramos juntos—saqué el sobre de mi bolsa y la puse en medio de la mesa, entre nosotros dos.

Me le quedé mirando, también Hardin.

— ¿La abrimos?

—Tengo miedo.

Hardin resopló y la tomó, murmurando que era una simple carta y no una predicción de cuando se acabaría el mundo. La abrió sin cuidado y sacó el papel, ansiosa miré como leyó el contenido y luego lo releyó en voz alta:

—Querida hermana, (wow, que original) espero que estés bien de salud igual que mamá, lamentó no haber podido contestar alguna vez alguno de tus regalos, pero había estado ocupado (ajá, y yo me chupo el dedo). Por eso, quiero recompensar el tiempo perdido y verte. Dentro hay dos billetes de avión, solo por si mamá quiere venir contigo aunque lo dudo mucho (yo también). Espero que aceptes mi invitación y si ese es el caso, por detrás está mi número. Con mucho amor, Edward—volteó la carta—. Oh, si es cierto. Aquí está el número—luego la colocó de nuevo sobre la mesa y me miró—. ¿Cómo te sientes?