Capitulo 5

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.



El sonido del dardo dando en el blanco, se había hecho habitual en esa gran oficina, misma de aspecto macabro. Llevaba tanto tiempo lanzando los dardos, que no fue sorpresa apreciar la exactitud que poseía cuando lograba dar en su objetivo. Uno de los empleados se encargaba diariamente de cambiar el objetivo pues a diario terminaban completamente destruidos.

Los hombres a quienes mandó llamar se quedaron parados sin emitir sonido alguno, ya que, esa era la orden. Luego de unos minutos, uno de los empleados parpadeo en repetidas ocasiones, mientras que el otro soltó el aire que había estado conteniendo.

—¿Tienen lo que les pedi?—Kisame asintió y dejó una carpeta frente a él. El anciano lo abrió y colocó todas las fotografías sobre el escritorio, luego se dedicó a observar a la sonriente pareja que aparecía en ellas—Entonces todo marcha sobre ruedas ¿verdad?—cuestionó esperando escuchar la respuesta correcta.

—Así parecía pero...—Kisame suspiró antes de continuar—el Uchiha parece seguir interesado en la señorita Yamanaka—Danzo lanzó otro dardo sin siquiera mirar y de igual manera, acertó.

—¡Esa mujer!—Danzo recordaba bien el nombre de esa chica y últimamente, tanto ella como la pelirroja Uzumaki, estaban entre las personas de interés, sólo por ser las amigas de la Hyuga. Siempre era bueno tener mas conocimiento sobre las personas preciadas para ella.

—Aunque él esté interesado en ella, la rubia ya se encuentra en una relación formal con Yamato, el amigo del mismo Shisui—aclaró Kakuzu, el compañero de Kisame.

—¿Y creen que se trate de algo serio?

—Todo indica que si. Los dos se ven muy enamorados y la chica nunca ha prestado atención al Uchiha—Kakuzu apreció el semblante del anciano, al igual que el estado de las fotografías colocadas en la pared, las cuales mostraban el rostro de Shisui Uchiha, o lo que quedaba de su rostro, puesto que en todas las imágenes, los dardos lograron atravesar los ojos del azabache. No es que ellos temblaran al mirar violencia, ya que ellos mismos la esparcían y eran expertos en tortura, como en muchas maneras de quebrantar la voluntad humana, sin embargo, el ambiente dentro de ese sitio, se sentía pesado, asfixiante y muy incómodo.

—Está bien, continúen observando y avísenme lo suceda—los dos empleados asintieron y cuando iban saliendo, observaron como el anciano perforaba las fotografías con un abre cartas.

[...]

Yo también pienso que lo mejor es buscar a alguien más, o incluso, estoy seguro que el tío Madara te cederá el puesto sin conquistarla... Recuerda que para todos nosotros, la lealtad entre la familia está primero y al conocer el interés de Obito, no tiene sentido que tanto ella, como él, pierdan para que tú logres ascender—sugirió Itachi.

—Piénsalo Shisui, si te haces a un lado, posiblemente Obito logré enamorarla—de nuevo intervino Izuna y por extraño que parecía, no se burlaba del muchacho, dado que en verdad, prefería verla al lado de Obito sin engaños de por medio, que imaginar lo que iba sentir cuando se supiera la verdadera razón por la cual Shisui se acercó. Dos personas saldrían perdiendo, pero si él se alejaba, nadie perdía.

—Esto no se trata de rendirme... ¿no lo entienden?—cuestionó muy alterado por las sugerencias—Yo he gastado mucho tiempo en ella como para hacerme a un lado, sólo porque ustedes de pronto se creen los cupidos de Obito ¿quien les garantiza que él no la engañe en el futuro? —les preguntó con molestia y al no obtener respuesta continuó—No me importa a quienes les interese enamorarla, no voy a ceder ante nadie, así que no vuelvan a tocar el tema—salió de la oficina como alma que lleva el diablo. No le había gustado para nada, escuchar sobre los sentimientos de Obito y sin poder evitarlo, los imaginó juntos aumentando la creciente molestia ¡Genial! Ahora se iba sentir inseguro cada vez que su primo estuviera cerca de ella y todo por ese par de monjes, que de pronto sintieron culpa.

¿Amar o ganar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora