Capitulo 8

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

¿Porque le dijiste eso a Hinata?—cuestionó Sasuke de camino al apartamento de Karin.

—¿Te refieres a que me gusta mas Obito que Shisui? De ser así, mi respuesta es clara... yo no confío en Shisui, estoy segura que tu primo sólo le traerá mas sufrimiento a Hina, mientras que con Obito no siento lo mismo—respondió convencida.

—¿Puedo saber en que te basas para tal afirmación?—Sasuke no pudo evitar sorprenderse ante la suspicacia de la chica a su lado.

—Tu debes conocerlo mejor que yo y no me podrás negar que Shisui tiene interés mas allá de la amistad por Ino—de nuevo el azabache se quedó sorprendido—Hina vale mucho Sasuke y no se merece un hombre como ese, desgraciadamente las circunstancias hicieron que ella lo aceptara, pero eso no quiere decir...—Karin se percató de lo que iba decir y optó por desviar el tema principal agregando un punto serio—¿Te imaginas lo que puede ocasionar entre mis dos amigas su enamoramiento por Ino?—la pelirroja suspiró aliviada al ver la reacción del Uchiha.

—Estoy seguro que Shisui ya no siente nada por Ino... no niego que tiempo atrás ella le gustaba, pero desde que está con Hinata, eso ya quedó en el pasado.

—Así lo esperó, aunque sigo teniendo dudas—Sasuke bajo del auto y acompañó a la Uzumaki hasta la puerta de su apartamento.

—¿Me invitarás a pasar?—cuestionó acercándose al cuello de la joven, donde depositó varios besos.

—Sólo mi novio puede entrar a mi hogar y como tú no lo eres...—respondió acomodándose los lentes. Por dentro se moría de ganas pero no podía flaquear, Sasuke tenía que pedirle formalmente que fuera su novia y si eso no sucedía, prefería que la relación terminara de una vez.

—¡Hmph! Así que de eso se trata ¿eh?—Karin cruzó los brazos sobre su pecho y giró su rostro a un lado, evitando ver esas oscuras y atrayentes orbes que tanto le gustaban.

—Yo no soy diversión de nadie y ya te lo dejé claro—el corazón de la joven pareció estrellarse cuando lo miró dándose la vuelta con la intención de marcharse. Lo que ella no logró ver, fue la sonrisa que mostraba el azabache ante la digna actitud de Karin. Con tristeza, dejó de verlo y abrió la puerta de su apartamento lo mas rápido que pudo, de lo contrario, se echaría a llorar afuera y no le daría ese gusto a nadie.

—Karin Uzumaki ¿quieres ser mi novia?—el azabache alcanzó a entrar antes que ella logrará cerrar la puerta y la tomó del brazo apegándola a su cuerpo. Mentalmente, Sasuke quería reírse, pero de haberlo hecho, enfurecería mas a la explosiva fémina y terminaría echándolo.

—Estás haciendo trampa—le reprochó conteniendo la emoción que le causó escucharlo.

—Sigo esperando una respuesta y si no la obtengo ahora, después no te estés quejando... ademas ya estoy adentro y no pienso irme.

—Aceptó—respondió de pronto sin querer pensarlo por mas tiempo... y sin demora, tomó la iniciativa para besarlo. Aunque para él fuera sólo una propuesta que no cambiaba lo que ya sentía, para ella fue lo mas conmemorable y atesoraría esa noche en su corazón.

[...]

—¡Hime!—la nombró Shisui entre besos. El azabache se encontraba eufórico y le costaba mucho contenerse ante ella, no obstante, su delicada princesa no tenía experiencia y si iba demasiado rápido, corría el riesgo de asustarla. Comportándose como todo un caballero, fue lento mientras le daba confianza a ella.

Hinata se estremeció al sentir que su vestido abandonaba su cuerpo, dejándola únicamente con el sensual conjunto de lencería roja. El muchacho retrocedió un paso sin dejar de verla, al mismo tiempo que desabotonaba su camisa frente a ella. La morena tragó saliva al ver el trabajado dorso del Uchiha, era claro que ese hombre invertía mucho tiempo en el gimnasio. Sin ser consiente, sintió la necesidad de tocarlo, era la primera vez que veía un hombre con esa musculatura, no es que nunca hubiera visto hombres sin ropa, dado que en su trabajo veía a los pacientes masculinos, no obstante, ninguno de ellos poseía el cuerpo como los modelos de las revistas deportivas.

¿Amar o ganar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora