De regreso a Eclafield

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Ha transcurrido once años desde que dejaste Eclafield, tu ciudad natal, para irte a vivir con tu madre y hermano menor. Pero ahora tu vida a dado un giro rotundo, que te ha obligado a regresar a la ciudad que te vio crecer hasta tus diecisiete.

Antes de partir, guardas lo necesario en tu equipaje y junto con tu hermano menor,  John, viajan en aerolínea devuelta a Eclafield.

Al bajar del avión en la ciudad Eclafield, una vieja amiga, Moira, ya te esperaba con una enorme pancarta con tu nombre escrito en ella.

La chica con vestimenta simple, pero con una hermosa cabellera negra comienza a gritar tu nombre en busca de tu respuesta sin importarle que los demás la vean de mala gana.

Al escuchar su voz que decía tu nombre, la empiezas a buscar, hasta que por fin, ambas se logran ver e inmediatamente corren a saludarse, dejando atrás a Nicolás con todo y maletas.

Los tres llegan al departamento de Moira, quien ya se había ofrecido a que te quedarás hasta que las cosas mejoraran, de toda manera el lugar es espacioso, perfecto para más personas y aun más genial, que sea con su mejor amiga, (T/N).

Comenzaste acomodar tus cosas en la nueva habitación, en eso entra Moira para decirte que mañana por la noche ambas saldrán a despejarse y de paso darte la bienvenida a la gran ciudad.

Al inicio no parecías convencida, pero no podías decirle que no a la gran carisma de tu mejor amiga.

Una vez que los planes estaban en marcha, Moira por fin te dejo a solas para que terminaras de acomodarte en tu nueva habitación. 

Miraste la hora en tu celular y quedaste sorprendida que tan rápido había transcurrido las horas y de lo tarde que ya era.

Volviste a dejar tu celular a lado de tu cama, para simplemente acostarte con la misma ropa que ya traes puesta.

El sueño comenzó abundar todo tu cuerpo, dejando salir un ligero bostezo para por fin conciliar el sueño.

Un nuevo día ha aparecido, los rayos dorados del sol traspasan por la ventana y un hermoso canto de ave te despiertan.

Das un gran bostezo y te quedas sentada a la orilla de la cama, mirando al suelo por diez segundos. Y un grito provenir de abajo te saca de tus pensamientos.

No lo dudas y corres inmediatamente a ver que sucedió, encontrándote a tu hermano en el suelo recorriendo lo que parecía... ¿una guerra de comida? Si, tus ojos no te engañaban. Moira había tratado de cocinar, pero al parecer algo salio... muy mal.

—¿Qué ha sucedido aquí? pareciera que acaba de ocurrir una guerra... pero de comida.

—Es exactamente lo que ocurrió... pero fue una guerra contra los hotcakes y tu amiga —respondió Nicolás.

—Perdón por querer hacer el desayuno a mi mejor amiga. Y a su hermano. 

Nicolás solo volteo a ver a Moira por unos segundos y luego continuo limpiando el desastre que ella había ocasionado.

—Me había despertado muy temprano para poder exprimir las naranjas y preparar estos... —miró a los hotcakes o lo que quedaban de ellos— ¿Hotcakes?

Te diriges hacia Moira mientras esquivas a tu hermano que continua limpiando el desastre ocasionado.

—¡Ay, Moira! Mejor hubieras esperado a que me despertara para ayudarte.

—¡Noooooo! Vendríamos comiendo hasta las doce de la tarde. Mejor terminare de hacerlo yo. Solo termino de limpiar aquí y me pongo a prepararles un rico desayuno —comentó Nicolás.

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