xii. STUPID

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si, profesor.
chapter twelve. stupid
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A Circe realmente nunca le gustó enfrentarse a los problemas, cuando tenía uno, sus padres podían solucionarlo por ella y cuando sus padres no estaban cerca para ayudarla, ella simplemente los ignoraba, su lógica era que si ignoraba el problema ev...

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A Circe realmente nunca le gustó enfrentarse a los problemas, cuando tenía uno, sus padres podían solucionarlo por ella y cuando sus padres no estaban cerca para ayudarla, ella simplemente los ignoraba, su lógica era que si ignoraba el problema eventualmente desaparecería, asi como apareció se iría. Pero ahora tenía un problema mucho más grande que un simple capricho. Ella estaba embarazada.

Circe definitivamente pensaba que el bebé sería un problema, ella no podía solo ignorarlo y ya. Estaba embarazada por ser una estúpida hormonal y tenía dos opciones: tenerlo o no.

Probablemente la idea de no tenerlo era lo mejor, no arruinaria su futuro y podría casarse algún dia con un mago respetable pero.. ¿Que pasaba si ella realmente quería tenerlo? Claro, tener un hijo con tan solo diecisiete años no había sido algo que hubiese planeado (quizás tener un hijo a los veintidós) pero de igual forma no era algo que no estuviera en su futuro, de todas formas, Circe no estaba tan loca con la idea de ser madre, la habían preparado para eso toda su vida.

Quizás en principio si estaba realmente histérica cuando lo confirmó (no preguntes como, pero había tenido que recurrir a medios muggles en una salida a Hogsmeade) pero con la idea ya aceptada en su cabeza, ya no sonaba tan mal.

Lo malo definitivamente seria informarselo a sus padres, ellos iban a volverse completamente mentales, pero Circe iba a poder con ellos sin contaba con el apoyo de Remus Lupin.

Circe no se lo había contado aún, pero luego de sus sesión acalorada e intensa de besos, él ya no la estaba ignorando, lo que era un gran paso. Ella penso que quizás él podría ayudarla con todo este nuevo mundo, él era mayor y tenía mucha más experiencia, además de que le daba clase a los niños ¿que persona (aparte de Snape) tomaba un trabajo como profesor cuando no le gustaban los niños?

Con el corazón en la boca y los sentimientos a flor de piel, Circe se dirigió al despacho del profesor Lupin.
Las clases habían terminado y habia sonado el toque de queda hace al rededor de una hora, asi que ella esperaba encontrarlo allí.

Cuando Circe llamó a la puerta, el profesor Lupin no tardo en abrir.
Él le regaló una sonrisa y miro detrás de ella antes de invitarla a pasar.

—Hola —él murmuró en un tono bajo, acercándose a ella para darle un beso— ¿todo esta bien?

Circe le dio una falsa sonrisa antes de reirse de forma extrañaba, algo que hacia cuando estaba nerviosa.

—Bueno, eso depende de cual es tu definición de bien.

Remus fruncio el ceño mientras se alejaba unos pasos para mirarla.

—¿Que sucede, Circe? —pregunto con preocupación.

De repente la rubia se acobardo, ella estaba pensando en dar media vuelta e irse del despacho de Remus, pero también estaba ansiosa por contarselo a alguien más, ya no podia aguantar más el secreto, asi que jugando con sus manos ella se animó a mirarlo a los ojos.

—Tengo una noticia que darte —le informó Circe— y quizás quieras sentarte.

Remus la miró con confusión mientras se apoyaba en su escritorio.

—Me estas poniendo nervioso —el le confesó con una sonrisa de costado.

Circe cerro los ojos con fuerza antes de tomar una bocanada de aire y soltarlo todo.

—Estoy embarazada.

Al no obtener una respuesta rápida Circe abrió los ojos. Remus Lupin la estaba mirando como si ella hubiese confesado matar a toda la población estudiantil de Hogwarts.

—No, no puede ser —murmuró el hombre, llevandose una mano a la cabeza.

—Lo comprobé —ella murmuró sintiéndose mal por no obtener la reacción que estaba esperando— lo estaba sospechando hace algunos días y..

—No. Tu no entiendes, Circe —él le levantó la voz, mientras se movia por todo el despacho— no puedes tener un hijo mio, es terrible...

—¿Estas digiriendo que lo aborte? —pregunto Circe, en un tono completamente alarmado.

Remus no dio una respuesta, pero Circe tomo su silencio como una.

—¡No voy a hacerlo! —ella protestó cruzandose de brazos— quiero tenerlo.

—Esa cosa va a arruinar nuestras vidas —el le dijo, tratando de hacerla entender— me despediran y tu no podrás terminar tus estudios, y con mi condición... tenemos que hacer algo. 

La actitud calmada y nerviosa que Circe había tenido antes desapareció por completo y se volvio hacia Remus cargada de furia.

—¡Eres un maldito, imbécil! —le gritó Circe, tomando un libro que estaba en su escritorio y arrojandoselo— te acuestas conmigo y luego ni siquieras me miras durante meses como si todo fuera mi culpa —las lágrimas comenzaron a caer por el rostro de la chica pero no se detuvo a secarselas, ella tomo otro libro lista para arrojarselo— ¡Pues sorpresa, Remus! los dos colaboramos en esto.

Remus se cubrió la cabeza con ambas manos tratando de protegerse de todas la cosas que ella le estaba arrojando.

—Circe calmate, vas a romperlo todo —intentó tranquilizarla Remus.

—Ojala pudiera romperte la cabeza ahora mismos, ¿Pero sabes, qué? Pudrete maldito imbécil —le dijo Circe saliendo del despacho del profesor dando un fuerte portazo.

Ella salio secándose las lágrimas, estaba tan enojada que ni siquiera se dio cuenta hacia donde caminaba hasta que alguien la llamo.

—¿Señorita Malfoy?

La rubia se dio vuelta para ver a la profesora McGonagall que la mira con una ceja alzada.

—Buenas noches, profesora —ella respondió intentando que su voz no se quebrara, buscando rápidamente una excusa— solo estaba haciendo el último recorrido, asegurándome de que todo estuviera en orden.

McGonagall asintió.

—¿Usted se encuentra bien?

Circe asintió.

—Si, es solo un pequeña alergia —ella mintió, regalandole una falsa sonrisa.

La profesora le dio una última mirada antes de seguir con su camino.
Circe suspiró cuando la vio alejarse. Una alergia que tenía nombre y apellido.

SI, PROFESOR [REMUS LUPIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora