SI, PROFESOR [REMUS LUPIN]

xxv. BADASS

           

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si, profesor.
chapter twenty-five. badass.
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Para muchas madres fue completamente doloroso separarse de sus hijos, aunque para Circe no lo fue ni un poco. No la mal entiendas, ella ama a Atenea con cada célula de su cuerpo, pero estar haciendo lo que le apasiona no es tal cual ser una madre.

Circe siempre soñó con convertirse en un auror y ahora que estaba en el proceso de ser uno no pensaba estropear nada. Ella se levantaba muy temprano en la mañana y aprovechaba el tiempo para estudiar mientras desayunaba, luego atendería las necesidades de Atenea y se apetecería en la casa de su tía Andrómeda quien gustosamente había aceptado cuidar a la bebé mientras ella estaba en la Académia y Remus trabajaba.

El entrenamiento de auror fue tan difícil como siempre le dijeron, los profesores no eran nada lindos con ella teniendo en cuenta de quien era hija, pero Circe no dejaba que eso la desanimara ni un poco, al contrario, ella hizo todo para demostrar que era la mejor. Y asi fue porque había adelantado más materias de la que un alumno de primero podría siquiera pensar.

Convertirse en la alumna estrella también la convirtió en la alumna más odiada por el resto de sus compañeros, pero francamente a Circe no le importo mucho, siempre se sintió un poco superior a todos en Hogwarts y por su comportamiento altanero se había ganado fácilmente el odio de todos, asi que solo fue como cuando estaba en Hogwarts.

Asi que Circe estaba bastante ocupada la mayor parte del tiempo, pero cuando recibió una carta de su antiguo director, ella se hizo un poco de tiempo par visitarlo en el colegio. La rubia tenia una leve idea de lo que podía tratarse la reunión, Draco le había informado todo lo que sucedió al final del torneo de los tres magos y ella leía de vez en cuando el profeta, asi que era bastante probable que hablarán del regreso de Voldemort.

Circe no podía decir que Hogwarts había cambiado mucho, hace solo un año que ella había dejado la institución asi que cuando le fue permitido la entrada a su antiguo colegio solo fue hasta el despacho de Dumbledore sin detenerse para ponerse nostálgica.

—¡Señorita Malfoy! Por favor pase, pase... ¿Quiere una taza de té, un caramelo de limón?

Siendo completamente sincera, Circe nunca había sentido mucho respeto por Albus Dumbledore, su pafre lo odiaba, asi que ella siguio casi el mismo camino. Le daba igual lo que el hombre hiciera con su vida, pero estaba muy curiosa por saber que era lo que realmente le quería decir.

—No, gracias —respondió ella con educación, corriendo una de las sillas frente al escritorio para sentarse— ¿Que es eso tan importante que tenías que decirme? ¿No me habrás citado solamente para tomar una taza de té, no?

Dumbledore le sonrio de costado.

—No, por supuesto que no —el respondió con tranquilidad, tomándose su tiempo para llenar su taza con té— y como al parecer quieres ir directo al grano, te lo dire. Voldemort ha vuelto y necesito de tu ayuda, en realidad de toda la ayuda que pueda obtener.