Frigga paseaba de un lado a otro dentro de la mazmorra, no había nadie por ninguna parte, tenía frío pero era soportable, lo que la hacía lucir tan nerviosa era el hecho de que conocía el plan de los gigantes ahora, ninguno de los dos Laufey se mantuvo las cosas para sí mismo, demasiado extasiados con el avance de su plan al atraparla que le contaron todo, seguramente también lo hicieron porque pensaron que no duraría mucho tiempo viva, pobres ingenuos, deberían saberlo mejor, era Madre de Todo por algo y sus conocimientos eran vastos, pero eso estuvo bien.
No podía concebir que tan retorcidos eran estos gigantes de hielo, tan corrompidos como estaban por el poder ilimitado que la joven jotnar podía brindarles, no dudaba que se traicionarían pronto y terminarían matándose uno a otro, esa era parte de la profecía, pero no iba a alertarles, es lo menos que merecían cada uno por ser tan codiciosos, pero ¿a qué costo? Ella lo sabía mejor que nadie, cuando vio a la joven, algo en su mirada parecía resignada, ahora lo entendía, el sacrificio que haría. Todo por su familia.
Eso era bastante noble, y dadas las circunstancias, sabiendo lo que ahora conocía, no solo salvaría de la destrucción su línea del tiempo, sino también esta y por más que eso le alegraba, no podía sentirse dichosa como esperaba, aún no nacía su nieta y aún así, ya se había encariñado con ella lo suficiente, si tan solo pudiera encontrar la manera, pero estando encerrada, dudaba mucho que pudiera hacer algo al respecto.
Maldijo por lo bajo, algo que no había hecho en mucho tiempo, ni siquiera pudo sentirse avergonzada, no había nadie alrededor de todas formas, miró los barrotes que la mantenían cautiva, se acercó de nuevo y miró hacia afuera, no había nadie, suspiró recargando sus manos en el frío metal, que emitían una ligera luz dorada, al tocar las barras, estas emitieron unas chispas, brillaron levemente y luego se apagaron, se lamió los labios, asegurándose una vez más de que no había nadie cerca y empujó.
La puerta (que casi se perdía con los barrotes) cedió, una gran sonrisa se mostró en su rostro ante ello y rió quedamente, salió frotando sus manos sobre sus brazos en un intento de retener algo de calor, la gélida temperatura la golpeó una vez fuera, el rey había tenido al menos decencia de mantener una temperatura aceptable para que no muriera de inmediato dada la supresión que había impuesto a su magia, pero una vez lejos de su reino y ya con un plan ideado en los días anteriores a su llegada, usó la magia de la naturaleza, la moldeó lo suficiente para provocar un "cortocircuito" en la magia que la retenía y salir. Al frotarse los brazos, una piel cálida de animal se cernió sobre ella, protegiéndola del frío y usando un encantamiento, las ropas que ya usaba retuvieron el calor, aislándola del frío y protegiéndola.
Ella no era una guerrera, sin embargo, sabía defenderse, era poderosa, y la combinación de ambas cosas hizo que pudiera abrirse paso ante los pocos soldados que custodiaban la entrada a las mazmorras, sin embargo, antes de salir, pudo escuchar un gemido bajo, pensó en ignorarlo al creer que se trataba de los gigantes que había diezmado, pero algo la hizo darse vuelta y perseguir el sonido, observó todas las celdas, no había nadie en su interior, al menos no vivo, realmente en su mayoría, éstas estaban vacías y sino había cadáveres de quien sabe cuanto tiempo ahí, el frío había logrado que el olor putrefacto de la carne fuera nulo al haber congelado los cuerpos hasta la muerte.
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La Elegida (Thorki)
FanfictionUna misteriosa niña aparece en el castillo asgardiano, proveniente de un tiempo distinto, un futuro no muy lejano que se esfuerza por mantener oculto, pero necesita la ayuda de la pareja de dioses más interesante de toda Asgard. Verdades que necesit...