Capítulo XI

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Cuando cerró los ojos, solo podía escuchar los gritos de auxilio que profería su pueblo, era entonces cuando el sueño que pretendería darle consuelo se vuelve un recuerdo de aquello que no se le había permitido olvidar

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Cuando cerró los ojos, solo podía escuchar los gritos de auxilio que profería su pueblo, era entonces cuando el sueño que pretendería darle consuelo se vuelve un recuerdo de aquello que no se le había permitido olvidar.

~Sueño/Recuerdo~

La cruenta batalla se había llevado a tanta gente inocente, antes de siquiera poder dar con ella, había empezado como una aparente disputa en la frontera, informó Fandral, para después convertirse en aquel caos lleno de sangre y muerte que comandaban los Gigantes de Hielo, como le había descrito un aldeano que apenas pudo escapar con parte de un brazo congelado y una pierna sangrante que inmediatamente fue atendido por las sanadoras. Loki, estratega innato tomó las riendas del asunto y rápidamente formó un escudo entre ellos y los gigantes, teniendo que trabajar a mil por hora antes de que comenzaran a rodearlos, sin embargo y de forma inexplicable, pronto dentro del escudo las explosiones se hicieron escuchar alertando a todos, de nuevo los gritos se hicieron presentes una vez más.

Esta vez fue Thor quien actuó, llevándose a Hogun y Volstagg consigo y un puñado del ejército de Einherjer, dejando a Loki con Sif y Frandal para cuidarlo, aunque no lo dijera abiertamente. El escudo que se había alzado ya no servía de nada, la lucha estaba en todas partes 

―Suéltenme ¡Suéltenme! ―ella forcejeó inútilmente contra los brazos arrugados que le sostenían con una fuerza que no creería que tuvieran― ¡debo ayudarlos! ―

―No puedes hacer nada, es su destino―la voz es suave, llevó su mirada hacia la rubia que solloza evitando hacer ruido―así lo eligieron y así debe ser―

― ¡Pero...! ―su protesta se vio interrumpida cuando una luz azulada, fría como las tierras de inviertno eterno de Jötunheim dio hacia su dirección, en aquella ventana donde se habían detenido a observar (la pequeña princesa se detuvo a observar en realidad) la batalla que afuera se desenvolvía teniendo a sus padres como protagonistas

―Tenemos que salir de aquí, prometimos protegerte y eso haremos―Odin habló fuerte, soltándola, es en ese tono que evitaba cualquier reclamo, era la voz de un rey hablando hacia una guerrera

Ella no era una guerrera, ni remotamente parecido, solo sabía que debe hacer caso por que así ellos lo habían querido, apretó los puños contra su vestido (que no tuvo tiempo de cambiar debido a lo rápido que avanzó la guerra) y asintió mordiéndose el labio con la mirada gacha, los tres corrieron hacia una puerta que apareció en una de las paredes de la habitación de sus abuelos gracias a las palabras que Padre de Todo recitó, una de las tantas puertas que les llevarían a pasadizos secretos listos para usarse para alguna contingencia de este calibre, sí, para huir, por que los reyes de Asgard simplemente no podían esperar a morir, así no funcionaba la jerarquía en Asgard.

"Claro" pensó Kida con cierta amargura, corriendo y escuchando la puerta deslizarse hasta cerrarse,  apartándolos del sonido apabullante de la destrucción a sus espaldas "quienes deberían venir también son mamá y papá, de hecho..." giró a la izquierda y luego volvieron a girar "preferiría que ustedes se pusieran a salvo conmigo, nada más". Ese era un pensamiento egoísta de su parte, pero no pudo evitarlo, preferiría mil veces tener que escapar con sus padres dejando atrás a sus abuelos luchando una guerra que no era de ellos.

La Elegida (Thorki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora