Capítulo III

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Thor llegó al salón del trono acompañado de su madre la cual lucía muy tranquila a pesar de lo que acababa de pasar, allí ya se encontraba Odín sentado con las manos entrelazadas pensativo viéndolos llegar, claramente en espera de ambos, se aclaró...

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Thor llegó al salón del trono acompañado de su madre la cual lucía muy tranquila a pesar de lo que acababa de pasar, allí ya se encontraba Odín sentado con las manos entrelazadas pensativo viéndolos llegar, claramente en espera de ambos, se aclaró la garganta para poder hablar, al parecer algo importante, cosa que dejó a Thor un poco nervioso.

―Hijo mío, que alegría de verte de nuevo con nosotros―asintió en reconocimiento con calma

―Yo también me alegro, padre―hizo una reverencia al estar a unos metros de distancia

― ¿Qué ha pasado en Midgard? ―preguntó llamando a su esposa para que se pusiera a su lado

―Ha ido todo muy bien, ya todo está arreglado...―sonrió al recordar el convenio

―Me alegro hijo―dijo tranquilo con su esposa a su lado, tomando su mano con la suya en un gesto cariñoso

―Hoy ha aparecido una niña padre, pero resulta ser una Jötun...―dijo con el entrecejo fruncido, ese tema no lo dejaría en paz más por el hecho de haber logrado levantar su martillo

― ¿Cómo pudo pasar a nuestro reino? ―preguntó con sorpresa mal disimulada

―No lo sé, aunque es una princesa de otro reino, supongo yo de Jötunheim―asintió mirándolo ante lo dicho

―Lo dudo, ahí sigue estando Laufey, y hasta donde tengo entendido, no tiene más hijos a parte de Loki... pero debería haber pedido permiso para estar aquí, nadie puede entrar a Asgard sin ser invitado y mucho menos sin atravesar del Bifröst―dijo enfadado

―Esposo mío, no seas tan duro con ella, es solo una niña que no llega ni a los quince años pero se ve en sus ojos claramente el dolor y la desolación de vivir una guerra―intervino la reina apretando la mano que sostenía la suya

―Aun así...―trato de decir pero su amada esposa lo miró con reproche―supongo que no habrá problema mantenerla aquí por un tiempo, pero cuando se recupere hablaré con ella―concedió reprimiendo un suspiro cansado, su hermosa esposa sabía manipularlo

―Gracias, mi Rey―dijo Frigga tomando su mano y besándola con cariño

―Muy bien hijo mío, puedes volver con Loki―dijo pues ya sabía de la relación de ellos dos, después de todo son sus hijos y estaba bien para él

―Adiós padre, adiós madre―se reverenció ante ellos y salió del salón con rumbo fijo, queriendo saber por la boca de su amado que estaba pasando y por qué estaba tan apegado a ella si apenas se conocían

Después de un largo silencio en que Odín meditaba sobre lo dicho por su hijo, de aquella niña que misteriosamente había aparecido en el reino, miró las anchas y gruesas puertas de oro que habían sido cerradas al su hijo salir, a los segundos llevando la mirada hacia su esposa que también se notaba meditabunda.

La Elegida (Thorki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora