Capítulo 31

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Sanjay Malhotra comenzaba a sentirse desesperado luego de entender que sus maravillosas alianzas no le traerían más que problemas. Se sentía desechable. Lo trataban como a un asistente que no tenía derecho a enterarse de todos los planes y solo le daban órdenes.

"No saben con quién se están metiendo...", amenazó mentalmente, juzgándose valioso e irreemplazable, visionario en sus investigaciones y vencedor en todas las futuras contiendas. Nadie, ni la BSAA, ni Svetlana Belikova y su sobrevalorada fama de instructora, ni Phil Lewis con todo su gabinete podría detenerlo en su ascenso hacia el trono del mundo. Sin embargo, para el día en que se erguiría como el vencedor supremo, todavía quedaba mucho camino que recorrer y muchos días de incertidumbre que soportar.

Golpeó su escritorio con toda la furia de sus puños y miró por la ventana. Las nubes oscuras que se cernían sobre la isla se le hicieron un mal presagio de lo que aguardaba. Entonces sonó su teléfono, lo llamaban desde un número privado.

—¿Qué ocurre? —respondió de mala gana.

—Doctor Malhotra...  

—Señor Presidente —se aclaró la garganta y corrigió su tono a uno más ameno —. Disculpe, creía que llamaba Svetlana.

—¿Ella lo saca de quicio?

—No la culparé. Soy yo el que ha perdido la paciencia por estar ocupado con las pruebas de mis...

—Comprendo, comprendo —interrumpió Lewis—. ¿Cómo vamos con el hospedaje para nuestros invitados?

Sanjay se ofendió por el poco interés en sus asuntos.

—Todo está listo. Pero, respecto a la señorita Komarov, Svetlana ha dejado muy en claro que no esperemos buenas sorpresas.

—No dará problemas si sabe que Leon Kennedy está en peligro. Pero no se confíen, tiene muchísima experiencia y siempre encuentra cómo escabullirse y salir vivo. De hecho, llamaba por eso. Lo mejor será deshacernos de él pronto.

—¿Deshacernos de él?

—Así es. En cuanto llegue, grabe algunos videos para probar que está con vida y mátelo inmediatamente.

—O sea que la chica vendrá a rescatar un cadáver... ¿Y si aparece con la alianza?

Lo dudo. Hay que ser muy específicos con el mensaje y advertirle que cualquier movimiento en falso, resultará en la muerte de su amiguito. Mientras le hagamos creer que está vivo, no se atreverá a correr riesgos.

—Supongo que no...

—Así será, que no le quepan dudas.

—¿Y cómo la convenceremos después? Se negará a cooperar cuando sepa lo que hicimos. Sin mencionar que... quiera tomar represalias.

—De eso se encargará mi otro socio. Su única función, doctor, es mantenerla bajo control hasta que ÉL llegue.

A Malhotra le hubiera gustado ser considerado también un socio, pero de la forma en la que el presidente hablaba, claramente no lo estaban incluyendo en esa lista.

—¿Y me dirá el nombre de ese "socio", o es otro detalle que no merezco conocer?

Lewis captó el sarcasmo y se rio con igual intención.

—Si cree que le estamos pidiendo demasiado, es mejor que me lo diga ahora. Podemos seguir con el plan original de Belikova. No me parece el más sensato, pero si no podemos contar con usted...

—¡De ninguna manera! Me gustaría estar un poco más al tanto de nuestros objetivos, es todo.

—No harán falta las explicaciones cuando vea con quién estamos trabajando, se lo aseguro.

𝚂í𝚗𝚍𝚛𝚘𝚖𝚎 𝚁𝚎𝚍𝚏𝚒𝚎𝚕𝚍 - 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟸, 𝙰𝚗𝚝í𝚍𝚘𝚝𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora