𝚂í𝚗𝚍𝚛𝚘𝚖𝚎 𝚁𝚎𝚍𝚏𝚒𝚎𝚕𝚍 - 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟸, 𝙰𝚗𝚝í𝚍𝚘𝚝𝚘

Capítulo 32 ❤️

Queridos lectores, —inserte cara de vergüenza y llanto. No sé si hay alguien que todavía siga esta historia luego de todos estos meses... Miles de millones de disculpas. No pude actualizar, sufrí bastante desde el 2022 por problemas familiares, Covid, un accidente, deudas, demasiado trabajo... En fin, que mis dramas son lo de menos, a todos nos golpea la vida.

Solo quiero decirles que terminaré esta y todas mis historias publicadas, y que agradezco a los que sigan aquí y a los que me escribieron por Instagram para preguntar por mi bienestar.

Una pequeña advertencia de contenido explícito en este capítulo 🔥❤️‍🔥, es un capítulo un poco difícil porque es el predecesor a la conexión del pasado con el presente. Me costó mucho escribirlo, no sé, aparte del bloqueo, es como el comienzo del fin. Pero no se espanten, aún falta mucho por desarrollar de esta pequeña (no tan pequeña) historia y estaré aquí más seguido.

Les envío un abrazo bien apretado y largo, y les deseo lo mejor para este 2024.

Khey

...

Leon colgó el teléfono, cerró los ojos, se sujetó el puente de la nariz e inspiró profundamente. Si aceptaba aquella propuesta, las cosas no volverían a ser las mismas nunca, pero aun si quisiera rechazarla, no parecía tener muchas opciones. Desde hacía más de una década que había dejado de hacer planes para su vida porque la historia se repetía: uno o varios eventos inesperados lo alteraban todo y solo le quedaba adaptarse, igual que siempre, adaptarse y sobrevivir.      

"¡¿Pero por qué ahora...?!", lamentó para sus adentros. 
 
Ada se había quedado dormida en la butaca junto a la ventana desde la noche anterior, exhausta luego de la visita a la clínica para curar la puñalada en su pierna. Leon contempló el cabello desordenado y pegado a su cara, sus labios sin color, y por primera vez en todo ese tiempo la vio tan común como a cualquiera, tan vulnerable como a cualquiera. Había buscado por años ver algo más, quería acercarse a la parte secreta y real que ella ocultaba del resto y que la hacía humana e imperfecta; entender quién era Ada Wong detrás de la fachada de espía inconmovible. Pero con el misterio desvanecido, se esfumó también su interés, y si no era su normalidad, ¿qué era lo que tanto había ansiado tener de esa mujer? Quizás fuera la incertidumbre lo que había mantenido viva la idea y realmente nunca hubo demasiado que saber, que entender o que amar.   

Ahora que la dimensión de lo incierto se había tornado tan aburrida, le quedaba solo una duda, ¿quiénes eran los tipos que detuvieron su secuestro? No había conseguido averiguar mucho más sobre sus aliados no solicitados, y no era tan insensible como para interrogar a Ada después de verla adolorida y disimulando las lágrimas en la sala de emergencias. Fueran quienes fueran, estaban escondiendo y protegiendo algo importante. Y luego aquella llamada del presidente y su curiosa oferta... "Todo está conectado...", pensó, lo que no sabía era de qué forma.   

Algo dentro de su pecho le gritaba dilucidar esas dudas hablando directamente con Katherine, sin embargo y con todas sus sospechas de por medio, tomar esa iniciativa parecía algo hipócrita. Leon temía que, hablase con quien hablase, le contaran una versión de la verdad modificada a conveniencia, y odiaba tener que incluir a la mujer que amaba en su lista de potenciales mentirosos.       

Por si fuera poco, no paraba de imaginar el peor escenario de todos. Lo imaginaba a cada instante y de diversas formas: Chris recuperando la memoria y Katherine corriendo a sus brazos. La escena se le hacía detestable, eso de dejar ser feliz a quien amas es más fácil decirlo que ponerlo en práctica. Por supuesto, si resultaba que esa era la verdadera felicidad de su amada, no sería capaz de detenerla. ¿Pero qué pasaría con su propia felicidad? Si lo amaba, ¿no debería olvidarse de Chris para siempre? ¿O todo se reducía a que Katherine nunca lo había amado... a que las cartas estuvieron echadas desde el principio?