HERSHE (Seulrene - Español)

48. Pijamada

Al día siguiente... 

Irene encendió su PC sin molestarse en mirar su mensajería instantánea. Sabe que Seulgi se despertó tarde hoy.

Irene sacó su teléfono para releer un mensaje de Seulgi de hace treinta minutos: -Estoy en camino. Te veré luego. ¡Te amo! 

Irene se tapó la boca, tratando de reprimir un chillido que escapaba de su garganta. Hasta este momento, no puede creer que ahora están juntas, que Seulgi es suya, que de las muchas fangirls en la oficina es ella quien captó su atención. 

-Supongo que esa sonrisa significa que ya estás bien, ¿o no?

Una voz fría desde atrás la sobresaltó. Irene estaba tan en las nubes que no se dio cuenta de que Krystal ya estaba mirando por encima de sus hombros.

-¿Es Seulgi?- Krystal regresó a su mesa. 

Irene miró a su amiga. -Todavía estoy enojada contigo, ¿sabes?

-¿Enojada conmigo, por qué? 

-Por decirle a Seulgi. 

-Oh, eso. ¿Así que de verdad fue a tu casa ayer? ¿No deberías estar agradeciéndome más bien? 

-Pero le dijiste todo... y es vergonzoso...- Irene se cubrió la cara. 

Krystal se rio. -Entonces, ¿ustedes dos hablaron sobre lo que pasó? 

-Sí, y estamos bien ahora.

-¿Están bien como...? 

-Solo... bien... 

-¿Podrías revelar más detalles?

Irene recordaba exactamente cómo transcurrió la charla. Pero su mente saltó hasta lo que sucedió durante su cita para cenar, e incluso a su conversación telefónica que la hizo reír de deleite en numerosas ocasiones antes de dormir la noche anterior.

-Oh. Dios mío. ¡Conozco esa cara, Irene!- Krystal la señaló. -¡Conozco esa cara! 

Irene, que no se dio cuenta de que ya estaba sonriendo, inmediatamente frunció los labios. -¿Cuál?

Krystal se inclinó frente a Irene. -Dime, ¿puedo gritar ya?

-¿Gritar por qué?

-Bueno, dijiste que ustedes dos estaban bien, ¿verdad? ¿Eso significa que ella ya sabe que la quieres?

-Sí... 

-Y tú sabes que ella también te quiere, ¿verdad?

-Mmm-jummm... 

Krystal tomó la mano de Irene con fuerza. -Entonces, ¿ahora están saliendo? 

Irene sonrió tímidamente. Pensar en la revelación de ayer todavía envía sentimientos de vértigo por todo su cuerpo.

Irene asintió. -Sí, oficialmente desde ayer.

Y Krystal realmente gritó.

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Irene pasaba por el área del ascensor cuando la puerta se abrió, revelando a Seulgi.

-Hey,- saludó Seulgi, caminando hacia ella.

Por primera vez en su vida, Irene no sabe cómo saludar a alguien. Sabe que un simple hola bastaría. Sin embargo, una parte de ella quiere correr y abrazar a la persona que se acerca. Se sintió agradecida de que su cerebro estuviera funcionando bien en ese momento, manteniéndola cuerda y recordándole que están en la oficina. 

-Hola.

-Te extrañé...- susurró Seulgi. 

La necesidad de envolver sus brazos alrededor de Seulgi está atacando de nuevo; Irene se abrazó a sí misma en su lugar. -Salimos juntas anoche, ¿cierto?