35. Admirar

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Lunes – 12 de febrero.

Hoy la oficina no se ve igual sabiendo que Seulgi no está aquí. Irene siguió su rutina habitual y el día entero fue aburridísimo. 

Por otro lado, la gente no podría estar más emocionada por el próximo Día de San Valentín. Han decorado su oficina con cupidos y corazones por todas partes. Algunos colegas ya están lidiando con las dificultades de encontrar un regalo para su persona especial. Yeri incluso le contó a Irene que preparará regalos para Taeyong y Seulgi. 

A Irene no le importó, ella sabe cómo se siente Seulgi respecto a Yeri. 

Por momentos mira en dirección al departamento de gráficos, tal vez con la esperanza de que cierta persona salga y le sonría. 

Sus ojos se movieron hacia el reloj de pared y vio que ya eran las 5:01 pm. 

Solo dos días más.

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Cuando Irene llegó a casa, vio a su mamá en la cocina.

-Hola, mamá. Es una sorpresa que hayas salido temprano hoy.- Irene le dio a su mamá un rápido beso en la mejilla.

-Dimos por terminado el día porque el cliente nos despidió temprano de la reunión,- dijo la mujer mayor, mirando rápidamente a Irene y volviendo a cortar las verduras.

Irene dejó su bolso en la mesa y caminó hacia la nevera para buscar algo de agua fría. -Oh. Eso es bueno. ¿Quieres ir de compras o algo así? ¿Quizás relajarte un poco?

-No creo que relajarse sea una buena idea ahora. Lo único que conseguiremos es quedar atrapadas en el tráfico previo al Día de San Valentín.

-Solo se me ocurrió que podrías, tú sabes, relajarte un poco. Siempre estás ocupada con tu trabajo. ¿Tal vez podríamos cenar fuera?

-Hagámoslo la próxima vez. Ya estoy preparando nuestra cena.

Irene se inclinó sobre la mesa de la cocina y miró la espalda de su mamá mientras giraba el vaso en su mano.

Desde que su padre falleció, su madre se había dedicado a su trabajo. Su pérdida fue dura para ambas, pero Irene sabía que era más difícil para su madre. Incluso tuvieron que mudarse de su casa anterior porque ella no se estaba recuperando del todo. 

A pesar de los negocios y el duelo, su mamá nunca dejó de ser una madre para Irene. Creció teniendo una madre y una mejor amiga.  Pero a veces se pregunta si su mamá es feliz. 

-¿Mamá?

-¿Mmm?

-¿No quieres volver a tener novio nunca más?

Su mamá dejó de picar. -¿Qué clase de pregunta es esa?

-Tengo curiosidad.- Irene se encogió de hombros. -No me importaría, para que lo sepas. Solo quiero que seas feliz de nuevo.

Su madre dejó el cuchillo y se volvió hacia ella con una sonrisa  irónica. -¿Por qué, te vas a casar y planeas dejarme muy pronto? 

-Nop. Solo quiero que tengas un novio. Eso es todo. Punto.

-¿Y por qué de repente quieres que tenga novio? ¿Tú ya tienes uno?

-Ugh. Estamos hablando de ti aquí, mamá.- Irene puso los ojos en blanco, temerosa de que esta conversación pudiera conducir a  indagar más sobre su vida amorosa. -Y sigo soltera, ¿de acuerdo?

La mujer mayor se cruzó de brazos y miró a su hija con ojos  escépticos. 

-¿Qué?- preguntó Irene.

-Puede que no lo menciones, pero he notado algo diferente contigo últimamente.

-¿Como qué?

-Simplemente cambios leves: tarareo frecuente, entusiasmo por ir a la oficina, miradas constantes a tu teléfono, además de que tu estado de ánimo ha sido extrañamente relajado últimamente.- La mujer mayor se golpeó la barbilla con un dedo. -¿Está mi hija, por casualidad, finalmente enamorada?

Irene se sintió incómoda con la pregunta. Tuvo que apartar la mirada. -Ya te lo dije, estoy soltera.

-Lo sé. Pero ser soltera no significa que no estés enamorada de alguien, ¿verdad?

-No lo estoy, mamá, ¿de acuerdo? No te preocupes. En caso de que me enamore pronto, serás la primera persona en saberlo,- dijo Irene volteándose para colocar el vaso en la mesa.

-Si tú lo dices. Estaré aquí en cualquier momento que estés lista para hablarme de ello. 

Su madre volvió a las verduras. Irene lo vio como una oportunidad para escapar a su habitación.

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Una vez en su habitación, Irene se tumbó en la cama y se masajeó las sienes.

Estuvo inquieta durante toda la conversación porque la única persona que se le vino a la cabeza cuando su madre lanzó la  pregunta del millón de dólares fue Seulgi. 

-Mierda. Esto no puede ser.

No sirve de nada negarlo más. Hasta algún punto, de alguna  manera, sí, se siente atraída por Seulgi, pero no está segura de si es amor o no. Nunca le había gustado tanto alguien antes, así que no hay punto de comparación. Además, todavía ve sus sentimientos por Seulgi como una admiración momentánea, considerando que Seulgi tiene el mismo efecto en la mayoría de las mujeres. 

Irene sacó su billetera y se rio entre dientes al ver su foto de la casa del terror. Fue entonces cuando se dio cuenta de cuánto extrañaba a Seulgi. Solo han pasado dos días desde la última vez que la vio,  pero se siente como si no hubieran hablado en mucho tiempo. 

Pasó un dedo por la imagen. 

-Perdóname por ser tan torpe con esto, porque todo es tan nuevo para mí. Pero si tuvieras que juzgar lo que estoy sintiendo ahora, ¿qué dirías?

Irene dejó caer las manos a los costados y cerró los ojos después de otro fuerte suspiro. 

-Dime, Seulgi, ¿ya estoy enamorada de ti?

HERSHE (Seulrene - Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora