UNA MANADA SIN LUNA

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El primer paso de la profecía parecía ser verdad, Ridire era el Alfa elegido por la Luna de sangre, una pequeña corriente de aire lo envolvió frente a todos nosotros por un momento y después sentimos una conexión instantánea con él y ahora nuestra...

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El primer paso de la profecía parecía ser verdad, Ridire era el Alfa elegido por la Luna de sangre, una pequeña corriente de aire lo envolvió frente a todos nosotros por un momento y después sentimos una conexión instantánea con él y ahora nuestra manada necesitaba con desesperación que su mate la Luna apareciera porque sentíamos lentamente como perdíamos nuestras fuerzas.

Todos nos hacíamos la misma pregunta, ¿Dónde estará nuestra Luna?, el Alfa viajó a cada campamento de refugiados en búsqueda del olor de nuestra Luna, se suponía que ella no puede ocultarse de él porque estaban destinados, pero empezamos a preguntarnos si quizá había sido capturada en Olc o se encontraría en el castillo.

Según los rumores el Alfa se preparaba para salir con una comitiva para volver a Noamh porque lo más importante para todos en aquel momento era encontrar a la Luna que nos devolviera la conexión con nuestra fuerza vital; yo paseaba por los alrededores del campamento cuando vi a una figura moverse en dirección al bosque, y sin importar lo mucho que se enfocó en ocultar su aroma pude detectarlo sin problemas, lo seguí, pero de inmediato se dio cuenta.

-Te ordeno que regreses.

-No puedo hacerlo si usted no lo hace.

-Es una orden. -Ladró.

Me costó un poco resistirme a sus palabras, pero quizá sin su Luna nuestro Alfa no tenía tanta influencia sobre nosotros.

-Debo cuidarlo mi señor. -Me incliné mostrando sumisión, pero no estaba dispuesta a dejarlo marchar solo, sabía a donde se dirigía.

-Si vienes conmigo puedes morir.

-Y si usted va solo también.

-Si yo muero simplemente la Luna elegirá otro Alfa, incluso para muchos probablemente eso signifique el final de la profecía.

-Usted no puede morir. -Sus palabras me causaron un enorme dolor- No me convencerá de volver y todos necesitamos que encuentre a nuestra Luna, si nos acercamos un poco a Olc puede darse cuenta si ella está allí.

Nos transformamos en lobos de forma coordinada y corrimos a través del bosque como la primera vez, era relajante estar a su lado incluso en cierto momento nuestras bestias empezaron a considerar aquello como un paseo, vimos algunos obstáculos en el camino y nos desafiamos de forma instintiva para superarlos, le mostré que pese a mi educación no totalmente lobuna poseía todas las cualidades.

Llegamos a las cercanías de Olc antes de lo que yo hubiera querido, el Alfa Ridire olfateaba el área con mucha concentración, ambos percibimos a la vez algunos olores poco comunes desde una cabaña, sentíamos el peligro en el ambiente.

-Debo revisar ese lugar. -Dijo el príncipe detrás de mí.

<<No me va a dejar aquí>> pensé.

-¿Qué has dicho?

Me di la vuelta para percatarme que el príncipe aún mantenía su forma de lobo y nosotros nos comunicábamos, era imposible, ¿escuchábamos nuestros pensamientos?

La luna del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora