UNA TRAICIÓN DOLOROSA

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Una alarma sonó, todos en el castillo estaban avocados a buscarme, mi escondite era perfecto a menos de que mi bestia perdiera el control de mis emociones y revelara mi ubicación.

-Sé que estas ahí -Era la voz de Ghille.

O casi perfecto.

-¿Cómo me encontraste?

-Yo te entrené, lo olvidas.

Desde cachorra tuve que defenderme de otros lobos que me molestaban y mi hermano me mostró que aún siendo pequeños cuando se tiene valor se puede pelear o bien esconderse también sirve como estrategia.

-Debo encontrar a Ridire. -Susurré para que no nos escucharan. 

-Necesitas salir de aquí, este lugar no es seguro, los detractores lo han infiltrado, sígueme.

-Espera dónde esta nuestro padre.

-Se fue con el Alfa, quería ser de ayuda.

-¡Terco!

-Tanto como tú.

Con sigilo nos movimos entre las sombras, al llegar a la seguridad del bosque Ghille me mostro un bolsa en la que llevaba más ropa para mí y me contó su plan, debíamos huir con dirección al rio Saorsa, dónde tenía una barca preparada, el agua ocultaría totalmente mi olor y debíamos navegar contra corriente porque ellos sin duda nos buscarían siguiendo el cauce.

Correr por el bosque con mi hermano sobre mí fue más fácil de lo que pensé, además de que su tamaño era pequeño yo me había hecho más fuerte desde que era la loba blanca, la Luna, y en menos de media hora estuvimos allí, pero no éramos los únicos.

Una malla hecha de metal cayó sobre mí cuando estábamos a pocos pasos del río y apareció Gaol con una sonrisa maligna en sus labios mientras yo continuaba luchando por soltarme.

-Es inútil esta hecho con el mismo material que las flechas y espadas de los humanos.

-Suelta a mi hermana. -Repetía Ghille una y otra vez mientras lo sacaban entre algunas aberturas de la malla.

-Has hecho bien tu trabajo pequeño Cein.

Mi sangre se heló.

-No. -Lloró él.

-Si aún no lo has descifrado eres más tonta de lo que te creí Luna.

-Lo siento -Sollozó Ghille.

-Tú eres la única pieza que le faltaba a mi rompecabezas, atraer a Ridire será un juego de cachorros.

Aullé con dolor y ella me dio un golpe para hacerme callar.

-No intentes nada, porque aunque mi hermana no me dijera todos su secretos sé que las Lunas tienen más poder del que cuentan, pero esto agotará tus energías poco a poco -Sujeto por un momento la malla.

Sentía que mi piel se quemaba con su contacto, mi bestia estaba débil, Gaol me obligó a beber algo y me quedé dormida.

Al despertar aún estaba en mi forma de loba, pero sentía que ya no contaba con fuerzas para pelear, había amanecido y noté que me habían llevado a un campamento donde había algunos lobos, pero principalmente estaba lleno de Cein.

Yo había crecido entre los Cein, incluso había conocía a algunos de los enanos que veía, así que me transformé y empecé a tiritar de frio.

-¿Se han acabado tus fuerzas Luna? -Preguntó con sarcasmo una elfo.

-No me parece necesario torturarla -Me defendió una enana lanzando una manta sobre mi cuerpo.

-¿Por qué hacen esto? -Pregunté con mis pocas fuerzas.

-Los lobos se creen mejores que nosotros. -Soltó la elfo escupiendo frente a mí.

-Pero hay lobos entre ustedes.

-Hemos llegado a un acuerdo con la manada de Gorm, los humanos, enanos y elfos viviremos en igualdad apenas exterminemos a los Naomh.

-Los humanos han prometido ayudarnos a reconstruir algunas de nuestras tierras. -Agregó la enano.

-¡Saben que no se puede confiar en los humanos!

-Y también sabemos que tú estás destinada a acabar con tu manada, solo adelantamos lo inevitable.

Después de decir eso se alejó riéndose y la enano se sentó a mi lado ofreciéndome comida.

-Mi nombre es Gaoith y sé que quizá para ti sea muy difícil creer todo lo que te diré, pero hace algún tiempo que Ghille y yo somos pareja -La incredulidad debió dibujarse en mi rostro- Nadie lo sabe, el prefería mantenerlo así hasta saber qué pasaría, nos conocimos en las reuniones del grupo de detractores -Me destrozaba el corazón cada vez que recordaba que mi hermano era parte de ellos-, en un principio iniciamos como una unidad que buscaba opciones para regresar a nuestros hogares, no nos sentíamos apreciados por los lobos y un día llegó Gaol, ella nos habló en el nombre de los humanos. -Hizo un alto y miró a su alrededor- Ella es peligrosa, maneja magia de los elfos y la hace más poderosa combinándola con otras ciencias, no tengo mucho tiempo así que lo diré de la forma sencilla, cedimos ante sus tentaciones y fue como venderle nuestras almas, cuando nos dimos cuenta éramos sus títeres, pero esto no era lo que nosotros queriamos.

-El Alfa los acogió, les dio un hogar -Gruñí sin muchas fuerzas.

-Lo sabemos, en este grupo también existen facciones que están en contra de todo lo que ocurre y cuando fuiste elegida como la Luna tu hermano se alzó como nuestro líder, te ayudaremos a escapar.

-¿Y mi hermano? -Ella agachó a cabeza- No me iré sin mi hermano.

-La huida que Ghille ideó es peligrosa, pero si tiene éxito ambos escaparan.

El campamento estaba en silencio. No había visto a Gaol desde que desperté, no sabía qué lobos de la manada eran parte de su plan y quienes nos eran leales, recordando las palabras de Gaoith la magia elfo que tenía Gaol explicaba algunas cosas, pero no todas, mi conclusiones me llevaron a creer que el Alfa Ard-Ámas la había nombrado como su intermediario y por eso los lobos seguían sus ordenes sin ser una Alfa, pero seguían habiendo vacíos.

La tarde cayó y de repente una gran explosión llamó la atención de todos, era magia de elfos, pequeñas bolas llenas de un líquido que cuando tocaban la tierra volaban todo a su alrededor, ¿Nos atacaban?

-Es hora. 

Gaoith y otros Cein se acercaron a mi y me liberaron intenté transformarme, pero estaba débil.

Caminamos entre la multitud enloquecida y me dolía ver a Cein y lobos caer a manos de quienes fueron sus compañeros, de repente Gaol apareció en el centro del campamento llevando a mi hermano atado con una cadena al cuello.

-Lunaaaaa, Lunaaaaa dónde estas -Canturreaba de forma sarcástica, tiró de la cadena Ghille  y él cayó al suelo-, pierdo la paciencia Luna, si no apareces pronto mataré a tu hermano y finalmente iré por ti también.

Me liberé de quienes me ayudaban transformándome en la loba blanca y corrí al encuentro de Gaol.

-Allí estabas linda lobita. -Colocó una de las pequeñas espadas que yo hacia para los elfos en el cuello de mi hermano- Ahora caminarás aquí y dejarás que te coloque este collar. -Me mostró uno similar al que llevaban los Alfas de Gorm.

Mi fuerza empezó a reponerse de golpe, pensé que quizá ver a mi hermano en peligro y la influencia de la Luna me estaban ayudando, pero un aullido llamó mi atención y la de todos en el campamento.

Un gran lobo negro apareció soltando oleadas de ira, inmediatamente muchos se giraron para acatarlo con fiereza, pero ellos caían uno a la vez a su alrededor, quise atacar a Gaol aprovechando la distracción y mi hermano tuvo la misma idea, sacó una pequeña daga y la clavó en su pierna, haciendo que ella reaccionara enterrando la espada en su corazón.

Aullé con desesperación y podía ver como la vida abandonaba a mi hermano al tiempo que dibujaba con sus labios lo siento, el viento se llevó sus lágrimas y las mías brotaron.

Matar era lo único que mi bestia quería, corrí en dirección a Gaol, podía ver que la espada que ella portaba estaba bañada con el metal que fabricaban los humanos, pero estaba cegada por mi ira.



La luna del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora