Compras, trabajo, casa y Rosé

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El timbre de casa sonó efusivamente haciéndome caer de la cama. Vaya puta manera de despertar. ¿Quién demonios era?. Me levanté enseguida y salí corriendo hacia la entrada refunfuñando y maldiciendo hasta que me topé con la sonrisa de una rubia.

- No hables así - dijo sonriendo mientras sujetaba frente a mí una margarita. - Lo siento - murmuró cabizbaja entregándomela.

- ¿De dónde...? - Iba a continuar cuando el timbre volvió a sonar de forma histérica.

- Mataré a quien demonios sea - volví a decir pero Roseanne negó con la cabeza. - No lo decía en el sentido literal.

Pasé a su lado y fui en dirección a la maldita puerta, la abrí y fui atropellada por una cabellera negra que gritando improperios golpeó mis partes íntimas. Un quejido salió de mis labios mientras me sujetaba mi miembro y observaba el pequeño huracán que frenó en seco cuando vio a Roseanne.

- ¿Cuándo carajos me ibas a decir que sales con una maldita modelo? - traté de hablar pero ella levantó su mano en señal de stop - ¿Era por eso que no quisiste nada la otra noche con Nayeon? - negué con la cabeza y volví a intentar hablar - Dios pareces un ángel - dijo observando con cara de boba a la rubia que ladeó su cabeza y sonrió.

- Quita esa cara de idiota - le dije golpeando su nuca. La rubia me miró con desaprobación. - No la he lastimado, te lo prometo - le dije.

- A ver guapa, ¿Cómo te llamas?. Dudo que este engendro se acuerde de tu... ¡Auch! - se sujetó sus partes. Ésta vez fui yo quien la golpeó. Mi sonrisa de satisfacción quedó reprimida cuando Roseanne me tomó del brazo seriamente.

- No vuelvas a hacer eso, por favor. - quise hablar pero la risa estridente de Jisoo me sacó de mis cabales.

- Dominada - rio a carcajadas.

- Cállate - refunfuñé.

- De acuerdo, cálmate. - levantó sus manos en señal de defensa. - ¿Qué es eso? - señaló la flor que yo llevaba en la mano. Rápidamente la metí en el bolsillo de mi sudadera notando la mirada de la rubia sobre mí. - ¿Y bien? - volvió su mirada a la rubia.

- Se llama Roseanne - dije tomando a la rubia del brazo y llevándola hasta el sofá. Ella tomó asiento en silencio. - ¿Tienes hambre? - Ella asintió y me dirigí a la cocina con Jisoo boquiabierta siguiéndome.

- OH-DIOS-MÍO - Roseanne se levantó de inmediato y observó todo a su alrededor.

- ¿Dónde? - preguntó mientras observaba como un suricata.

- ¿Qué? - Jisoo y yo preguntamos a la vez. Ella sacudió la cabeza y volvió a sentarse.

- Es medio rarita... - susurró Jisoo en mi oído. Le di un codazo en el estómago disimulando cuando sacaba una sartén para hacer el desayuno.

- ¿Se puede saber qué haces aquí? - pregunté.

- No me cambies de tema Manobal, ¿qué diablos pasa? ¿Te ligaste ayer a esa belleza? - preguntó señalando a la rubia que observaba atentamente el ventanal.

- ¿Qué? NO - susurré batiendo los huevos.

- Oh no. ¿Es tu novia ya? - volvió a preguntar deteniendo mi mano.

- ¿Se puede saber qué cojones haces? - le dije soltándome.

- Manobal, en todos estos años y desde que la bruja se marchó, no te has aprendido un solo nombre. Y lo primero que me sueltas es "Roseanne" - apuntó con su dedo a la rubia.

- ¿Y?

- ¿Cómo que y?. Está claro que algo tienes con ese monumento, porque si no no me explico cómfhgs - le metí un trozo de pan a la boca.

A taste of HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora