Unchained Melody

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- ¿Me dirás a dónde irás con Rosé? - pregunté a mi mejor amiga que negaba la cabeza divertida.

- Manobal, yo jamás faltaría a mi palabra - sonrió acomodando sus pies sobre el escritorio de su despacho.

- Venga Jisoo. Rosé ha estado muy rara estos últimos días, no sé qué demonios pasa. Ha estado quedando cada tarde contigo y sigo sin entender exactamente para qué.

- Cosas de chicas - rodé los ojos y refunfuñé frustrada. - Al menos dime que no es nada malo.

- Eso depende...

- ¿A qué te refieres? - me incorporé de inmediato.

- Jisoo, te esperan para la junta con la empresa de constructores.

- Gracias Jimin - sonrió la pelinegra tomando una carpeta. - Tengo que dejarte. 

- ¿Comemos juntas?

- No Limario, he quedado con Rosé en 30 minutos. Pero te compensaré con lo que tú quieras.

- ¿Me dirás por qué Rosé queda contigo? - ella rodó los ojos y sonrió en negativa - De acuerdo... Me debes una. ¿Te apuntas Jimin? - pregunté al rubio que negó.

- Tae vendrá por mí e iremos al zoo.

- Ay Jiminin... ¿no te das cuenta de que Tae solo quiere enseñarte su anaconda? 

- ¡Chu! - la reñí.

- ¿Eh? - el rubio nos observó sin comprender nada.

- Déjalo... parece que es cuestión de familia esto de no comprender - rio Jisoo. - Nos vemos, Lili.

Asentí poniéndome en pie y tomando mi chaqueta para salir detrás de mi mejor amiga y el rubio.

Llamé a mi padre, a Kook, a Somi, Hoseok, Jin, Tzuyu y al resto dele quipo y ninguno podía quedar hoy. Empezaba a pensar que mi única vida era el trabajo y Roseanne. Sonreí mientras caminaba porque realmente esa era mi vida, y ahora que mi dulce rubia había decidido pasar las tardes con Jisoo para quién demonios sabe qué, yo me había quedado prácticamente sola. Incluso Hank me había dejado porque se iba con Rosé.

Caminé en dirección al X, si no podía quedar con nadie, entonces haría lo que más me gustaba. El sonido de mi teléfono me alertó de un mensaje. Sonreí sacando rápidamente el aparato de mi chaqueta esperando fuera mi hermosa rubia y en efecto, el mensaje era de Rosé.

- Te queremos - junto a una foto suya y de Hank. Sonreí y rápidamente la llamé.

- Mentira. Me dejasteis sola, otra vez.

- Drama Queen - reí. - Tenemos una buena excusa.

- Más os vale. Cuando termines, ¿te pasas por el X?

- Por supuesto ojitos indescifrables. - Sonreí tontamente.

- Te quiero

- Yo más. Te dejo, debo recoger algo.

- Espera Rosie... - tarde... ya había colgado.

Me encogí de hombros y seguí caminado hasta que llegué a la puerta de mi restaurante. Mi sorpresa fue encontrarme con quien menos me esperaba.

- ¿Qué haces aquí?

- Mi padre ha muerto... - sus ojos se fijaron en los míos. Esos ojos negros que recordaba muy bien se mostraban llorosos y vacíos. No lo pensé, simplemente envolví mis brazos alrededor de su cuerpo notando cómo su llanto aparecía.

Bebía de mi botella de cerveza y admiraba esa figura delante de mí. Aquella persona que recordaba estaba delante de mí, tan vulnerable como una vez lo fue y en parte me sentía feliz de ver que había vuelto.

A taste of HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora