Cita

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- ¿Roseanne?

La rubia y yo nos separamos y nos tensamos. Ella me miró asustada y me obligó a esconderme debajo de la cama. Torpemente y como pude me metí allí.

- ¿Si? - la rubia abrió la puerta. Lo único que podía ver bajo la cama eran los pies de ambos hermanos. 

- Perdona pequeña, había esuchado ruidos y voces. Pensé que a lo mejor estabas teniendo otra vez pesadillas - ¿pesadillas? ¿qué pesadillas Rosie?.

- No, estoy bien. Hank se despertó y yo también.

- Seguro que tienes hambre, no has estado comiendo muy bien estos días. - fruncí el ceño, ¿porqué razón no estabas alimentándote bien?. - Te prepararé un vaso de leche y galletas, he oído que a algunas personas les suele gustar.

- Gracias - murmuró ella.

Lo vi alejarse y a los pocos segundos Hank estaba metiéndose debajo de la cama y lamiéndome la cara.

- Hankie... - susurré - para.

Los pasos de Jimin se acercaron otra vez.

- ¿Qué hace Hank? - intentó agacharse.

- Oh, debe estar buscando alguno de sus juguetes - se apresuró a responder. - Yo... lo buscaré después de tomar esto. Gracias, hermano.

- De acuerdo - suspiró - me iré a la cama. Mañana Jisoo y yo tenemos una comida juntos, me ha dicho algo sobre una junta el lunes muy importante. En fin, debo tener al día su agenda. 

- Que descanses Jiminin.

- Buenas noches mi dulce Rosé.

La rubia cerró la puerta y se agachó divertida. Sonreía como una niña que acababa de cometer una travesura.

- Hola ángel - batí mi mano aún con Hank lamiendo mi cara.

- Vamos Hankie, sal de ahí - el cachorro salió y yo me arrastré hasta sacar de allí mi cuerpo.

- Uf, por los pelos - dije mientras sacudía mi ropa. Ella se acercó a mí y me abrazó y yo solo pude reír y corresponder el gesto.

- Nunca le había mentido a Jimin - ella escondió su cabeza en mi cuello.

- Rosie... - susurré - no tenemos por qué mentirle. Yo... no quiero que haya conflictos entre ustedes. Hablaré con él - hice el ademán de soltarme pero ella negó. - ¿Qué pasa?

- Yo hablaré con él, ahora... solo quédate aquí conmigo, por favor. - no pude resistirme y me aparté un poco para poder ver esos hermosos ojos observarme.

- Hablaremos con él, las dos ¿de acuerdo? - ella asintió feliz antes de conectar sus labios con los míos.

- ¿Qué me has hecho Rosé? - susurré sobre sus labios, ella sonrió complacida antes de profundizar aún más el beso.

- Ven conmigo aquí - me señaló la cama. Rápidamente me apoyé en el respaldo y dejé que ella se sentara entre mis piernas con su espalda apoyada en mi pecho, jugando con mis manos como solía hacer. Besé su hombro mientras la oía tararear una canción.

- ¿Qué cantas? - pregunté divertida.

- Nuestra canción - sonrió.

- ¿Y cuál es? - pregunté a sabiendas de cuál era. 

- La de la película favorita de tu madre.

- Adoro esa canción.

- También es mi favorita - se levantó un poco de la cama y tomó un pequeño cuaderno de su mesita - Toma - me extendió el cuaderno.

A taste of HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora