Tiempo loco

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Mi mañana empezó con el sonido torturador de mi teléfono. Echando un leve vistazo al reloj de la mesita de noche pude comprobar que eran las 8 de la mañana. ¿Quién en su sano juicio me llama a estas horas?. Sonreí cuando el sonido paró y me acomodé boca abajo en mi espaciosa cama pero a punto de cerrar los ojos y volver al mundo de los sueños, ese maldito aparato volvió a sonar.

¡Está bien! ¡Me rindo! dije alargando el brazo para coger de la mesita el teléfono. La imagen del contacto me mostraba a mi padre. Joder... lo había olvidado.

- Papá - me apresuré a decir.

- Lili, cariño. ¿Recuerdas que hoy íbamos a comer juntos?

- Lo siento papá, se me ha ido la olla. Me vestiré y en media hora estaré allí.

- De acuerdo, no olvides traer a Roseanne. - demonios...

- Papá... ¿no crees que es demasiado? A lo mejor ella...

- Ella me dijo que sí el otro día, así que haz el favor de traerla. Es una muchacha encantadora que está sola en esta ciudad. Los Manobal nunca dejamos a nadie solo, ¿me oíste?.

- Sí papá...

- No refunfuñes y tráela.

Me despedí y colgué el teléfono refunfuñando por fin cuando ya no podía escucharme. Diablos, había olvidado la comida familiar... tendría que llevar a Roseanne a casa, llevarla a un espacio tan íntimo con mi familia. Esto no iba a ser bueno para mi salud mental. Cerré los ojos y los recuerdos de la noche anterior se mostraron lúcidos. La lengua de Roseanne acariciando el dorso de mi mano... la mía acariciando la suya... sus labios rojos... su nombre... No, no, no y no Lisa, no puedes pensar en ella de esa forma, olvídalo.

De un impulso me puse en pie y corrí a ducharme y vestirme. Media hora más tarde y con la cabeza despejada bajé al salón.

- Buenos días, Lisa

- ¡Mierda Roseanne, me has asustado! - dije llevando una mano hacia mi pecho.

- Yo... lo siento... - bajó la cabeza - Te... te he traído algo. - dijo extendiéndome un tulipán.

- Oh... ¿de dónde lo has sacado?

- Es un secreto... - susurró, pero acto seguido su estómago empezó a rugir haciéndome reír.

- ¿Tienes hambre? - ella asintió efusivamente. - De acuerdo, vamos a desayunar.

Roseanne se apartó y esperó balanceándose sobre sus pies mientras yo preparaba un desayuno sencillo en la cocina.

- No sé si lo recuerdas... pero... mi padre...

- ¿Iremos a verlo? - preguntó con una sonrisa.

- Sí, hoy tenemos la comida en casa. Pero si no quieres ir, es entendible.

- Claro que quiero ir, yo se lo prometí. - frunció el ceño como si le hubieran ofendido mis palabras.

- Bueno, está bien. Sólo decía... - me encogí de hombros y acto seguido serví los platos.

Desayunamos en silencio, yo miraba mi teléfono móvil leyendo las últimas notificaciones: 20 llamadas perdidas de Jisoo, mensajes de algunas chicas, correos de proveedores y... vaya, un mensaje de la directiva de Chef's recordándome la fecha de la celebración (dentro de 2 semanas) y comunicándome que había un cambio de planes en el showcooking, dejando de ser en solitario para pasar a ser un reto entre Bambam y yo para "garantizar el espectáculo". Idiotas... sólo pensáis en el espectáculo y os olvidáis de la esencia, la cocina. Pero si queréis espectáculo, os lo daré. Voy a machacar a Bambam.

A taste of HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora