Un secreto, una trampa, ¿una tregua?

851 92 93
                                    


Cerré la puerta del baño con prisa y me deslicé sobre ella temblando hasta sentarme en el frío suelo. Sujeté mi cabeza con ambas manos tratando de frenar todo el dolor que sentía mientras decenas de lágrimas rodaban libres por mi rostro.

Flasback 

- ¿Estás bien? 

- ¡Déjame! - me gritó con lágrimas en los ojos.

- Oye niño, sólo quiero ayudarte. - me senté en el columpio a su lado mientras él se secaba las lágrimas con el dorso de su sudadera. - No tienes por qué avergonzarte, puedes llorar. 

- No estoy llorando.

- ¿Ah no? - reí - Ya... y yo soy la chef más famosa del mundo.

- ¿Chef? - preguntó.

- Sí, un chef, alguien que cocina y crea cosas con la comida.

- ¿Te gusta cocinar?

- Amo cocinar. Mi padre es Chef ¿sabes?. - reí - algún día seré como él. - el chico esbozó una leve sonrisa. - ¿Tú qué quieres ser?.

- A mí también me gusta cocinar... - pateó el suelo bajo sus pies balanceándose un poco en el columpio. 

- ¡Eso es genial! podemos hacerlo juntos.

Él negó con la cabeza y volvió a ponerse a llorar.

- Oye... tranquilo - toqué levemente su espalda.

- Mis padres dicen que no puedo cocinar jamás.

- ¿Por qué?

- Dicen que soy una vergüenza, que seguro que soy maricón porque me gusta jugar a las cocinitas. Pero yo... - se limpió las lágrimas - no soy gay. Sólo... amo la cocina, como tú.

- No les hagas caso. Si tú eres gay porque te gusta la cocina, entonces... ¿yo que soy? - reí burlona.

- Eres una chica, papá dice que solo las chicas pueden cocinar.

- ¿Tú crees? - volví a reír.

- Ya no te rías, eres como el resto - empezó a enfadarse. - Todos en clase se ríen porque saben mi secreto, que me jugar a las cocinitas.

- ¿Ese es tu secreto? - él asintió - Yo nunca me reiría de ti. Yo también tengo un secreto. Soy una niña rara ¿sabes?. Digamos que soy una niña que tiene algo de niño.

- ¿Eres tortillera?.

- Que feo término... - me crucé de brazos. - Todavía no lo sé... soy pequeña ¿sabes? solo tengo 5 - extendí mi mano mostrando todos mis dedos.

- ¿Es porque vistes así? - me señaló entera.

- ¿Qué hay de malo en mi ropa?.

- Nada, me gusta tu estilo. - ambos reímos. - Pero no es un vestido. Mamá dice que las niñas tienen que ser como unas princesas.

- Mi madre dice que las niñas y los niños podemos ser lo que queramos.

- Ojalá yo tuviera tu mamá. - me miró - entonces... ¿por qué tienes algo de niño?.

Me acerqué a él y susurré en su oído.

- ¿QUÉ? - gritó exaltado.

- Vaya... aquí vamos - dije cubriéndome la cara - Si vas a pegarme, no lo hagas en la cara y obviamente ahí abajo tampoco ¿vale? me evitarías muchas cosas ¿sabes?. - continué tapando mi rostro. 

Una carcajada sonora me sorprendió.

- ¿De qué te ríes? - miré al niño tirado en el suelo muerto de risa.

A taste of HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora