A taste of Heaven

Goodbye Roseanne

Gruñí frustrada... ¿Qué demonios estaba pasando con mi vida? Cuando creía que todo estaba bien, que había encontrado luz fuera del estúpido hoyo en el que había estado metida... Madre, ¿de verdad merezco esto? ¿tan mal lo he hecho?.

- ¿Lili...? 

- Ahora no Roseanne - dije fría subiéndome a la moto.

- Lisa, detente. ¿Qué ha sido todo eso? 

- Nada que deba importarte. - noté su mirada dolida, había aprendido a reconocer los gestos de Rosé, tanto que ahora mismo me dolía cada palabra que no podía controlar saliendo de mi boca.

- Lisa... - suspiró. - Déjame ayudarte.

- No puedes ayudarme Roseanne, nadie puede hacerlo. - encendí la moto pero se posicionó delante de mí.

- Por favor... déjame ir contigo.

- No

- Lisa...

- ¡Mierda Rosé! ¡NO! - le grité. Ella retrocedió. - Necesito estar sola, ¿de acuerdo? necesito pensar.

- Pero Lisa... - volvió a intentarlo.

- ¿Te acostaste con Jisoo tú también? - No sé por qué esas palabras salieron de mi boca. Estúpida inseguridad. Ella me miró incrédula y aún más dolida que antes pero negó rápidamente con la cabeza.

- No, yo no... - colocó sus manos en mi rostro. ¿Por qué Rosé? ¿Por qué eras tan paciente conmigo? Yo misma tenía ganas de mandarme al infierno.

- ¿Qué demonios estuviste haciendo estos días con ella? - otra estupidez...

- ¿Qué? - se sujetó la frente en desesperación - Lisa, por el amor de Dios, preparaba esta sorpresa de cumpleaños para ti. - sujetó mi rostro con ternura - Lili, por favor. Tienes que creerme.

- Ahora mismo no creo en nada ni en nadie - me solté de su agarre bruscamente. El corazón me dolía... ¿Por qué demonios estaba haciendo esto?.

- ¡Lisa! - me detuvo nuevamente. - Dijiste que podíamos hablar las cosas cuando nos sintiéramos mal... Yo, no hice nada, te lo juro. Jisoo y yo solo estuvimos planeando tu fiesta.

- Lo que sea. - tomé el casco para colocármelo sintiendo la mirada de Rosé sobre mí.

- Por favor...

- Quiero estar sola Roseanne. - la miré con furia y noté sus ojos llenarse de lágrimas. Joder...  Me encantaría poder decirte que no es tu culpa, que soy yo que soy una mierda andante Rosie y ahora mismo voy a lastimarte sin siquiera merecerlo y sin siquiera tener muy claro por qué.

Ella me miró dolida y se apartó de la moto. Supe en ese momento que no había vuelta atrás, yo estaba rota y probablemente acababa de romper a Rosé también. Aceleré y salí de allí huyendo.

Di vueltas por la ciudad esperando que la brisa que golpeaba mi cara fuera suficiente para despejar mi mente. Las palabras de Jennie, los recuerdos de mi pasado, la mirada culpable de Jisoo, los recuerdos de nuestra juventud y Roseanne estaban causando estragos en mi, ya de por sí, estropeada mente.

Detuve la moto en la entrada de Le Cordon Bleu, aquella institución había sido mi santuario en tantas ocasiones. Caminé por el empedrado que conducía a la residencia cercana a la Escuela.

Flashback

- LIMARIO - Sonreí cuando sentí un bulto colgando de mi espalda.

- ¿Nadie te dijo que eres tremendamente pesada? - reí cuando la escuché refunfuñar.