Capitulo 11

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Alizah corría rápidamente por los callejones mientras veía la hora en su celular.

"15:07"

Odiaba profundamente el haber salido tarde, esperaba que no tardara más en llegar al teatro pero agradecía que ese día tuviera clase de deportes asi pudo ir con un deportivo en vez de su uniforme, cuando por fin estuvo a una calle vio a Chace y Selene esperando parados cerca de la puerta.

—¡Disculpen la tardanza!— llegó corriendo y se disculpó con un gesto —El profesor decidió dejar una tarea y nos hizo quedar un poco más...

—No hay de que disculparse— le dijo Selene con una sonrisa, vestía unos jeans azul oscuro y una camiseta negra con el estampado de una luna junto a una sudadera purpura, su cabello rojo estaba suelto como siempre —Igual llegamos hace poco.

Chace levantó su mano a modo de saludo, Alizah notó que la ropa que traía era nuevamente de color negro.

—¿Tu armario no tiene otros colores?— le preguntó Alizah viendolo de pies a cabeza.

—¿Quisieras buscar?— le respondió sarcastico Chace —Aunque con tu suerte para encontrar mundos ocultos, quizá descubras una entrada a Narnia y nos arrastres contigo.

Alizah frunció el ceño, y volteó su rostro un tanto indignada viendo que por la calle opuesta estaba llegando la última y mas nueva integrante de su grupo, Isabela. Ella llegaba con una blusa rosa pastel con mangas largas, un pantalón de tela blanco y unos tacones altos, su cabello se encontraba atado en una especie de coleta bastante elaborada y llevaba unas gafas en su cabeza, incluso queriendo verse casual parecía muy elegante.

—Veo que ya llegaron— Isabela abrió su bolso y sacó una tarjeta de él —¿Entramos?

—No, no, no, no... la última vez nos botaron— le dijo Chace señalando al guardia de seguridad —Además no creo que nos deje pasar.

—Chace, es literalmente la hija del dueño— recordó Selene.

—Descuiden, esta tarjeta nos dará acceso total.

Isabela camino hacia la entrada pasando su tarjeta por la cerradura electrónica, esta la válido y se abrió sin emitir ningún sonido, dentro la bodega se encontraba totalmente vacia.

—Convencí a mi padre de que les diera el día libre a todos.

Alizah recorrió el lugar hasta llegar al cuarto que seguía, donde había llegado a las catacumbas y comenzó a tocar las paredes.

—Estaba por aquí... la entrada.

—Aquí, en este muro— le dijo Isabela, tocando una pared viendo como este se hundía lentamente.

Los ladrillos se apartaban lentamente para darles paso, estos mostraban un tunel oscuro y lleno de musgo en las paredes. Se extendía por un par de metros, al entrar todos la pared se cerró detrás de ellos.

El Pacto de la Noche || Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora