Capítulo 4

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—A Selene le gustan las fresas, claro eso me da muchas pistas

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—A Selene le gustan las fresas, claro eso me da muchas pistas...

Murmuró Alizah mientras caminaba por el centro comercial en el que había soñado que estaba con Chace, esperaba no encontrarselo de nuevo ya que para nada era agradable que alguien le llamara loca repetidas veces y menos luego de correr como una en el callejón.

—Si pides café...

Recordó viendo el Starbucks que estaba en el primer piso, se encogió de hombros entrando en el establecimiento y pidiendo un cappuccino, que quizá era su bebida favorita.

—¿Nombre? Para el pedido.

—Alizah Spe...

—¡Selene! Expreso doble y cheesecake con relleno de fresa.

Alizah se quedó callada al escuchar el nombre y el pedido, quizá era solo otra de esas grandes coincidencias que le arrojaba la vida, porque no quería creer que el sueño con Chace le hubiera guiado a ella de alguna forma.

Era absurdo.

—Gracias, estaba esperandolo— La voz de la chica era igual a la de su sueño, muy dulce y amable —en serio amo las fresas.

—Feliz cumpleaños— le dijo el mesero despidiendola.

Vio como tomó su pedido y se daba vuelta para salir del lugar, estaba casi en shock por eso que no hacia caso a quien la atendía.

—¿Señorita? ¿Está bien?

—Si... eh...— mordió su labio con algo de nervios viendo como la chica se alejaba lentamente —quiero un reembolso.

Apenas obtuvo su dinero salió corriendo del lugar buscando con la mirada a la chica, ella parecía estar esperándola frente al establecimiento, tenía el cabello ondulado y largo casi hasta la mitad de su espalda de un intenso color rojo, tenía la piel blanca y clara, vestía una blusa blanca y jeans de color negro, también tenía una especie de chaqueta de cuero que era de un morado muy oscuro a juego con unas muñequeras de cuero negras, llevaba puesto un collar de plata que estaba unido a un cuarzo y un pequeño bolso morado que parecía tejido. Sus botas le daban un aspecto gótico, su cuerpo era delgado pero atlético, su rostro casi no llevaba maquillaje pero al igual que Alizah, tenía grandes ojeras bajo sus brillantes ojos verdes.

Si tuviera tiempo para pensar, diría que tenía un estilo gótico o algo parecido, podía inspirar un poco de temor pero su voz era muy dulce, otra de esas grandes incoherencias que parecía encontrar.

Caminó lentamente hacia ella pensando en las palabras que diría, en esta ocasión tal vez debía abordar el tema de otra forma para que no terminara llamándola loca, como lo había hecho Chace. Suspiró intentando tranquilizar todos sus nervios para pararse frente a ella e intentó relajar su rostro para mostrarle una sonrisa.

—Tú... eres Selene ¿verdad?— puso sus manos en su espalda moviéndose de lado a lado.

La pelirroja levantó la mirada viéndola de pies a cabeza, el rizado y esponjoso cabello de Alizah fue lo que mas le llamó la atención, inclinó la cabeza un poco y tomó la mano derecha de Alizah viendo su palma.

El Pacto de la Noche || Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora