SAGA:
ALIZAH Y LOS GUARDIANES DEL CAOS
¿Qué harías si descubres que entre las sombras se libra una batalla por el destino de los humanos?
Un humano común no podría pelear contra amenazas sobrenaturales. Pero el mundo los tiene a ellos, personas que...
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—¡Maldición!— Selene gruñía en voz baja mientras intentaba regular su respiración.
Isabela rápidamente se le había acercado apenas vio que la quimera desapareció y había puesto sus manos sobre sus heridas, sus manos irradiaban una luz amarilla que iban cerrando las heridas lentamente.
—Perdimos a Alizah...— murmuró la pelirroja.
—Yo... creo que está bien...— respondió Isabela con algo de timidez terminando de examinar sus heridas viendo que habían sanado correctamente —Dean dijo que la necesitaba, no creo que le haga daño.
Chace estaba sentado, recostado en un árbol, luego de hacer que tanto metal saliera del suelo se había sentido muy agotado como si le hubieran drenado toda la energía de golpe, estaba sosteniendo la empuñadura de su espada, tenía la hoja por completo derretida, no serviría ni de pisapapeles, se entretuvo jugando con el filo dañado mientras Isabela se acercaba.
—Mis heridas no son importantes, ya las revise...
—Creía que mi antepasado fue el dios de la medicina.
—Medicina antigua...— murmuró Chace entre dientes guardando la empuñadura en su funda —pero yo estudio medicina moderna.
—Claro, como digas— le dijo con una sonrisa que aun Chace no creía —si tienes molestias me puedes decir— Isabela se sentó al lado de Chace viendo el mismo bosque vacio.
Selene se había levantado para patear algunas piedras y tambien golpear algunos troncos, su cabello rojo parecia brillar aun mas debido a su ira, algo que definitivamente asustaba mucho a los otros dos chicos.
Una vez se sintió un poco mas calmada se acercó a ellos cabizbaja, jugando con un mechón de su cabello.
—Lo lamento... dejé que se llevaran a Alizah...
—Creo que todos tenemos parte de culpa...— Isabela intentó sonar amable con una sonrisa.
—Yo no tengo culpa, para mi fue una mala idea desde le principio— se excusó Chace encogiéndose de hombros.
Las dos chicas lo vieron con una mueca y suspiraron notando que el ambiente se había puesto un tanto triste y vacio.
—Los devolveré a sus vidas... solo... déjenme buscar le hechizo— Selene se sentó en el suelo y sacó el libro de Hécate buscando un hechizo que la ayudara para su cometido.
—¿Tu qué harás?— le preguntó Isabela mirandola con mucha preocupación.
—Iré a buscar a Alizah, pero no quiero arrastrarlos en este problema.
—¿Qué?— Isabela se levantó bastante alarmada —No te dejaré ir sola, es muy peligroso.
—Por eso mismo, yo tengo mas experiencia que ustedes dos, me las arreglaré de alguna forma.
