Capítulo 3

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Alizah llevaba caminando cerca de 15 minutos hacia donde le llevaba el GPS de su teléfono, agradecía que la preparatoria a la que asistía Chace, según sus sueños, no estuviera tan lejos de la suya y fuera fácil de llegar

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Alizah llevaba caminando cerca de 15 minutos hacia donde le llevaba el GPS de su teléfono, agradecía que la preparatoria a la que asistía Chace, según sus sueños, no estuviera tan lejos de la suya y fuera fácil de llegar.

Llegó para sentarse frente a la puerta de salida de la parte de atrás junto a un árbol, justo a tiempo para ver salir a algunos de los estudiantes, si para su mala suerte, había otra extraña coincidencia y realmente hubiera un chico muy parecido a Chace que estuviera saliendo de la preparatoria le daría un poco mas de crédito a sus extraños sueños.

Saliendo con su uniforme algo desalineado, la corbata a un lado, su mochila tirando sobre su hombro y con una expresión algo aburrida estaba ahi, Chace.

Alizah abrió la boca sorprendida, al verlo y que si fuera real, suspiro pensando en la forma en la que acercarse a él sin parecer una acosadora o una loca, pero antes de que pudiera actuar Chace ya no estaba por ningun lado.

Simplemente pareció haber desaparecido.

—¿¡Por qué a mi!?— se quejó llamando un poco la atención de las personas que la rodeaban.

Suspiró dandose media vuelta para irse a casa, dándole un punto a su curiosidad y esperando tener mas suerte al día siguiente.

Porque estaba decidida a volver y confirmar que el Chace de sus sueños no era el chico de la realidad y tampoco estaba ni un poco segura de que el chico que había visto se llamara Chace. Alizah sin embargo se sentía temerosa por que Chace fuera real, de cierto modo que perteneciera únicamente a sus sueños era mejor que saber que era una persona real.

¿Entonces existía una Selene?

¿También existía una Isabela en algún lugar?

Muchas mas preguntas asaltaron su mente mareandola por la cantidad de información en exceso que estaba recibiendo y preguntandose muchas mas cosas, sintió un escalofrio y un viento helado que venía desde su espalda.

Al voltear notó que la calle estaba vacia, pero creyó ver una extraña sombra moverse entre el pavimento, volteó su vista al frente ignorando aquello, algo dentro de ella le decía que debía ignorarlo, tal como había estado haciendo durante toda esa semana desde que vio a aquella esfera de luz dorada. Pero mientras iba a su casa volvió a sentir lo mismo, pero esta vez era diferente, parecía estar siendo vigilada.

Caminó de la misma forma hasta que estuvo frente a su computadora, entrando nuevamente a su navegador y tecleando un par de palabras para que eso le diera al menos una guía de como actuar.

"¿Como decirle a alguien que es parte de una organización secreta para salvar el mundo?"

Google no le arrojó muchas respuestas o algo que pudiera ayudarla, se frustró demasiado pensando en la forma de abordar el tema sin que fuera llamada loca o que llamaran a la policia.

El Pacto de la Noche || Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora