22. Pasión

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Pasión: del latín passio. Acción de padecer, de perturbación o de afecto desordenado en el ánimo. Es un sentimiento que se caracteriza por ser una emoción muy intensa hacia una persona, un objeto, una idea, etc. Se describe como impulsiva, incluso irracional, capaz de perturbar y dominar la razón, al igual que el odio o el amor. En un contexto sano y en relaciones amorosas, que es lo que aquí nos ocupa, la pasión suele ser desmedida y obsesiva al principio, para luego sosegase y evolucionar hacia sentimientos de serenidad, confianza, seguridad y felicidad, que son los pilares de un amor profundo y duradero entre dos personas cuyas vidas están estrechamente entrelazadas.

***

La distancia que separaba la villa de los Mo de Gusu era considerable, por lo que el viaje iba a ser largo y duraría varias horas. Aún era de día y parecía que, por fortuna, el clima sería templado durante todo el camino. Las nubes eran blancas y ligeras; cambiaban de forma y se dispersaban con la suave brisa. Cada vez que ambos tenían la oportunidad de atravesar una, la piel de sus rostros quedaba impregnada de una agradable humedad que apaciguaba su nerviosismo.

Aunque, en realidad, el único de los dos que parecía estar nervioso era Wei Wuxian. En las primeras horas de recorrido, la pareja habló de temas banales, la mayoría relacionados con lo que podían observar desde aquella altura: lo bonita que era una montaña o un pueblo concreto, lo verdes que se veían los pastos... y era extraño; en todos esos comentarios, Wei Wuxian era bastante escueto en sus palabras. Ese comportamiento, para alguien que normalmente hablaba tanto, no era lógico en absoluto.

Cuando ya quedaba menos de la mitad del trayecto, Wei Wuxian se comió varias empanadillas de carne que se había llevado por si le entraba hambre. Pero, más que hambre, era ansiedad: las engullía precipitadamente, casi sin masticar, y ni siquiera se le pasó por la cabeza ofrecerle alguna a Lan Wangji.

Ya eran muchas las señales que indicaban que Wei Wuxian estaba distraído y exaltado por algo, y Lan Wangji no quiso esperar a llegar a Gusu para hablar del tema. Así que, acercándose con cautela a su posición, le dijo:

—Wei Ying.

—¿S-sí? —preguntó Wei Wuxian, tragándose el último trozo de empanadilla con tanta rapidez que casi se atraganta.

—¿Estás angustiado por algo?

—...

—Lo que sea, me lo puedes decir —insistió Lan Wangji, y propuso—: ¿Quieres que volvamos a la villa?

—No, no, no es eso. Quiero ir a Gusu contigo —respondió Wei Wuxian, apretando los labios y evitando mirar a Lan Wangji a los ojos—. Es solo que... como hemos dicho que al llegar iríamos directamente al Jingshi...

—Si no estás seguro... —dijo Lan Wangji, pero no tuvo tiempo de terminar la frase para mostrar su apoyo, ni de sugerir otras alternativas.

—¡Sí lo estoy! —lo interrumpió Wei Wuxian, decidido a evitar cualquier malentendido— Pero hace mucho tiempo que tú y yo no... bueno, ya sabes. Y de verdad que quiero, he recuperado esa parte de mí con más vitalidad de la que habría podido imaginar, pero...

Después de la conversación con Wen Zhuo, Wei Wuxian había llegado a la conclusión de que no debía preocuparse tanto por algo tan humano y natural como sentir deseo por la persona que amaba. También se lo había dicho a Lan Wangji y le había pedido que el encuentro fuera en un lugar muy concreto: el Jingshi. Sabía que allí se sentiría cómodo y lo suficientemente confiado para reanudar esa conexión tan íntima entre los dos.

Sin embargo, ahora que el momento se acercaba, la osadía y la seguridad que había sentido al principio se habían empañado por un nerviosismo nacido de las dudas. Su libido había vuelto con una intensidad que lo había sorprendido y agotado a la vez. De nuevo, los pensamientos intrusivos lo asaltaron de forma completamente involuntaria, haciendo que dudara de sí mismo y de su decisión.

Una cura para el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora