Los rayos del sol empezaban a entrar en la habitación de cierta chica oriental haciendo que empezará a abrir los ojos poco a poco.
-ya es de día -susurro Mikoto medio despierta observando el día iluminado por el sol.
Cómo todas las mañanas Mikoto se levantó de su cama e hizo unos pequeños estiramientos para despertar su cuerpo para al final despojarse de toda su ropa quedando completamente desnuda y entrar a su ducha y lavar su cuerpo.
Mientras se duchaba sentía qué se estaba olvidando de algo pero no lograba recordar el que.
-siento que he olvidado algo -penso mientras las gotas de agua bajaban por su cuerpo-. ¿Que fue lo que hice ayer?.
Mikoto empezó a recordar todos los sucesos de ayer hasta que la imagen de cierto chico albino cruzo por su mente.
Poco a poco sus mejillas fueron tomando un color rojizo al recordar cómo su amigo la había tratado como una completa princesa ayer aparte de confesar su amor.
-e-eso fue un sueño ¿Verdad? -se pregunto para ella misma no creyendo que Bell haya sido capaz de haber hecho todo eso-. Bell-dono no podría enamorarse de alguien como yo.
Se negaba a creer que eso haya sucedido, simplemente no podía ser verdad.
-p-pero todo se sintió tan real -penso con un sonrojo en sus mejillas recordando cada palabra del albino.
Agitando su cabeza de un lado a otro para sacar esos pensamientos de su mente Mikoto apagó la ducha para después salir con una toalla alrededor de su cuerpo y empezar a vestirse para comenzar el día.
-creo que le estoy dando muchas vueltas al asunto -susurro con una sonrisa nerviosa-. Es más que obvio que fue un sueño, es imposible que Bell-dono se comporte de esa manera.
Soltando una risa seca y asegurando que todo lo que vivió ayer fue un sueño salió de la habitación ya vestida y con su inseparable katana.
No había nada fuera de lo normal.
Los pasillos estaban vacíos como era costumbre en una enorme mansión habitada solo por cinco personas.
-todo sigue igual -penso Mikoto soltando un suspiro de alivio-. Parece que al final fue solo un sueño.
Se sentía aliviada de que sea así pero muy dentro de su corazón se sentía un poco desilucionada aunque aún no lo comprendía.
-buenos días Mikoto-san.
Mikoto se asustó repentinamente al sentir como unos brazos rodearon su cintura desde atrás y una voz amorosa la saludo muy cerca de su oreja.
Poco a poco volteó su rostro para ver al causante de su repentino susto.
-B-Bell-dono -dijo sonrojada al ver al nombrado a pocos centímetros de su rostro.
-me siento dichoso que tú seas la primera persona que mire en la mañana -susurro con una sonrisa encantadora atrayendo más a Mikoto a su cuerpo abrazándola por completo-. Qué dicha la de mis ojos que pueden apreciar tú hermosura, pero más dichoso es el viento que acaricia tu figura.
-¡No era un sueño! -grito internamente Mikoto echando humo de las orejas de lo avergonzada que estaba en ese momento.
Haciendo uso de sus habilidades de nivel 2 rápidamente Mikoto se separó del abrazo de Bell y alejándose unos tres metros de él.
-b-buenos días B-Bell-dono -como pudo la espadachina devolvió el saludo intentando calmar su corazón.
-Mikoto-san, lastimas el corazón de este pobre hombre al querer alejarte de él -dijo Bell dramáticamente tapando su rostro con su mano-. Pero ese actuar tuyo me encanta -susurro con una voz seductora.
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Perdidamente Enamorado
FanfictionQuién diría que una broma de Hermes terminaría despertando sentimientos ocultos que se tenían dos amigos.