Las calles de Orario estaban muy alegres en este nuevo día, los niños jugaban, los comerciantes estaban abriendo sus puestos y los aventureros se dirigían al calabozo como era costumbre.
Pero entre esas calles cierta pareja de amigos iban caminando con un sonrojo en su rostro.
Eran Bell y Mikoto los cuales estaban teniendo su ansiada cita.
-t-te vez muy hermosa Mikoto-san -elogio el avergonzado albino.
-y-ya me lo dijo muchas veces B-Bell-dono -tartamudeo la oriental tímida.
Mikoto estaba vestida de forma distinta de las veces anteriores.
Era un vestido al estilo oriental de color blanco muy hermoso que le llegaba un poquito más arriba de las rodillas cabe aclarar que cuando Bell la vio quedó embobado por lo hermosa que se veía haciendo sonrojar a Mikoto.
Y Bell pues.........Bell es Bell, siempre fue un calque y pega.
-¿Y que haremos? -pregunto Mikoto curiosa.
-¿Ya desayunaste?.
-l-la verdad estaba m-muy emocionada con lo de la cita que se me olvidó desayunar -confeso con un sonrojo en las mejillas.
-l-lo mismo aplica para mí -susurro el conejo avergonzado-. Entonces iremos a desayunar.
-me parece bien, ¿A dónde iremos?.
-al mejor restaurante de todos -respondio Bell con una sonrisa.
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.La anfitriona de la fertilidad.
-es enserio -penso Mikoto con un rostro en blanco observando el restaurante desde afuera.
No le molestaba ir allí, la comida de Mia le encantaba pero había un problema.
-esa chica trabaja allí -penso Mikoto recordando el rostro de Syr.
Jamás le inspiro confianza esa camarera, por alguna razón sus instintos siempre le advertían que era ella un gran peligro.
Sin mencionar que era más que obvio que esa chica estaba enamorada de Bell.
Inconscientemente Mikoto frunció el ceño al pensar en eso.
Ahora que estaba más que segura que estaba enamorada del albino no se iba a rendir frente a las demás chicas que estaban enamoradas de Bell, aunque sean diosas.-ven Mikoto-san, entremos.
Mikoto salió de sus pensamientos al sentir como su mano era tomada suavemente por la del albino haciéndola avergonzarse.
Pero en vez de soltarla entrelazó sus dedos con lo de él para entrar al bar.
Si iba a estar en el territorio enemigo iba a demostrar quien manda.
Dentro del restaurante.
-bienvenidos al..........ah son ustedes -la expresión de Ryuu cambio radicalmente al ver quiénes eran los nuevos clientes.
-¡Buenos días Ryuu-san! -saludo el albino animadamente.
-buenos días Cranel-san -saludo de manera cortante.
No estaba enojada con Bell ni nada por el estilo pero le dolía mucho ver al conejo junto con Mikoto y más si iban tomados de la mano.
-crei que ya lo había superado -penso decaida-. ¿Mesa para dos?.
-¡Si!.
-acompañenme.
Ryuu guío a ambos a una de las mesas más cercanas a la barra mientras Bell la seguía emocionado con ganas de comer algún delicioso platillo y Mikoto un poco tensa al ver la mirada de Ryuu.
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Perdidamente Enamorado
FanfictionQuién diría que una broma de Hermes terminaría despertando sentimientos ocultos que se tenían dos amigos.