Me gustas

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Después de que Mikoto tuviera esa pequeña discusión con Syr salio del bar donde la estaba esperando Bell para poder continuar su cita.

Desde ese momento la cita no tuvo ninguna complicación para ambos, fue muy maravillosa a ojos de Mikoto.

Estar a lado de Bell, la persona que le gustaba de verdad le encantaba.

Si no hubiera sido por esa pocion Mikoto jamás se hubiera dado cuenta de esos sentimientos escondidos que tenía hacia Bell.

Antes lo respetaba, lo admiraba y también le tenía cariño pero jamás se paró a pensar si todos esos sentimientos eran amor.

No se dió cuenta hasta que Bell se empezó a comportar de manera amorosa que entendió que muy en el fondo de su corazón a ella le gustaba Bell.

Le costó mucho admitirlo pero al final acepto lo innegable, a ella le gustaba el sensual albino.

Al principio todo era fantasía de parte de Mikoto al escuchar cada palabra coqueta que le dedicaba el albino haciendo que ella cada noche antes de dormirse suspirara su nombre.

Pero todo cambio cuando el estúpido de Hermes atacó.

En el momento en el que Hermes reveló la verdad el mundo de Mikoto se vino abajo.

Saber que todo el amor que le demostraba la persona que le gustaba era falso de verdad la afecto mucho y la hizo poner los pies en la tierra nuevamente.

"De tantas chicas bonitas que estan enamoradas de él era imposible que se fijara en ella".

Eran los constantes palabras que se repetía Mikoto en su mente al recordar a Bell.

Ella ya daba por hecho que el estar en una relación con Bell era solo un mero sueño que nunca sucedería, le dolía aceptarlo pero era la realidad.

Pero grande fue su sorpresa que al siguiente día Bell se empezó a comportar de manera tímida con ella al punto de salir huyendo.

Al principio pensó que era vergüenza por recordar todas las cosas que hizo cuando estaba bajo los efectos de la poción.

Pero cuando le dijo las palabras "me gustas" antes de salir huyendo fue donde su mente se desconecto.

No lo entendía, se suponía que los efectos de la poción terminaron el día anterior pero allí estaba Bell diciéndole que le gustaba.

No quería hacerlo, de verdad no quería pero no podia evitarlo, evitar que su corazón se hiciera nuevamente ilusiones de estar con Bell.

Primero quería estar segura que sus sospechas sean ciertas para no llevarse de nuevo una gran desilusión.

Pero mientras el tiempo iba pasando sus sospechas se hacían cada vez más ciertas.

Bell cada vez que hablaba con ella se sonrojaba de gran manera y se ponía muy tímido al punto de salir huyendo a mitad de las conversaciones.

Eso solo hizo que pusiera una expresión de determinación en su bello rostro.

Si Bell sentía aunque sea una pequeña pizca de amor hacia ella no descansaría hasta conquistar por completo el corazón del conejo a menos que el se enamore de alguien más.

No descansaría, aunque sea lo último que haga en la vida.

-t-ten Mikoto-san, es para ti -dijo el albino avergonzado extendiendole un collar que acaba de comprar para ella.

Era un collar plateado con una katana dorada en el medio la cual le encantó a Mikoto.

-gracias Bell -susurro Mikoto con una pequeña sonrisa olvidándose de agregar el "dono".

Perdidamente EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora