Rechazo

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Nos encontramos en las enormes murallas de Orario dónde un nervioso Bell se acercaba a una Ais la cuál estaba en el suelo comiendo felizmente Jagamarukun la cual parecía no haber notado la presencia del albino.

—A-Ais-san —llamo el conejo a la espadachina.

Está al escuchar su nombre levanto su mirada confundida encontrándose con la mirada nerviosa del albino.

—h-hola —saludo nervioso el conejo.

—......

Estuvieron alrededor de unos cinco segundos viéndose fijamente hasta que Ais bajo su mirada y siguió comiendo Jagamarukun.

—¿Me ignoro? —se pregunto Bell mentalmente sorprendido—. ¿Ais-san?.

Está vez Ais ni siquiera se molestó en levantar la mirada, solo se concentro en su Jagamarukun el cual dejo de comerlo desde que Bell apareció.

—Ais-san ¿Estás enojada? —pregunto el albino asustado.

—¿Enojada? —susurro Ais observando fijamente su Jagamarukun—. ¿Porque debería de estar enojada? ¿Solo porque me dejaste plantada en la muralla y dejaste de venir a los entrenamientos? —continuo hablando entre susurros solo que está vez viendo a Bell.

—si, está enojada —penso con una gotita estilo anime—. Espera ¿Seguiste viniendo a la muralla todos los días? —pregunto con sorpresa.

—..........si —respondio bajando la mirada—. Creí que te había pasado algo malo.

Ahora Bell se sentía muy culpable por haber faltado a los entrenamientos sin decirle nada a Ais aunque técnicamente todo era culpa de Hermes.

—l-lo siento mucho —se disculpo inclinándose arrepentido—. Siento mucho haberte preocupado.

—Bell tonto —susurro comiendo su Jagamarukun con enojo—. ¿Vienes a entrenar?.

—¿Si? —respondio un tanto dudoso.

Su plan era hablar con Ais para descubrir si seguía enamorado de ella pero un pequeño entrenamiento con ella no le caería mal.

Si, un pequeño entrenamiento.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Ais al ver que Bell acepto.

—eso es bueno, así te pondrás al día por todo el tiempo que no veniste —dijo poniéndose de pie mientras sacaba la funda de su espada.

—¡Espera! Me acabo de acordar que no traje mi armadura y mi daga.

—no te preocupes, este entrenamiento será para mejorar tu resistencia.

—¿Resistencia?.

—si.........resistencia.

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Perdidamente EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora